Kurt Cobain, el mito de Nirvana que sigue vivo en las nuevas generaciones 30 años después de su muerte

Tenía 27 años, una carrera brillante por delante, pero Kurt Cobain, el líder de Nirvana no era feliz. Hoy hace 30 años que murió el hombre y nació el mito. Junto a Nirvana cambió la historia del rock. Su música era corazón, pasión y energía. Tras quitarse la vida, en su carta de despedida dejó escrito que era "mejor arder que apagarse lentamente". La banda de Seattle (EEUU) sigue siendo, también para las nuevas generaciones, una parte imprescindible de la cultura musical. 

Suena su música, con aquella voz rasgada, y aún lloramos que formara parte del famoso y trágico club que quiso dejar un bonito cadáver. El músico y compositor estadounidense (nacido en Aberdeen, Washington, el 20 de febrero de 1967) conocido por haber sido el vocalista, guitarrista y principal compositor de Nirvana (fundada en 1987), se suicidó con una escopeta a los 27 años el 5 de abril de 1994, aunque su cuerpo no fue hallado hasta tres días después. 57 años tendría ahora Kurt Cobain, y canosos serían ya sus mechones rubios que tantas camisetas siguen luciendo tres décadas después.

Alicia Rodríguez, crítica y promotora musical: "Con tres o cuatro acordes, Nirvana y Kurt Cobain hacían magia"

"Con una guitarra y tres o cuatro acordes, que no era mucho más Nirvana, hacían magia", cuenta sobre aquella memorable banda la crítica y promotora musical Alicia Rodríguez. Kurt Cobain, con aquel estilo 'grunge' -subgénero del rock alternativo influido por otros estilos como el punk-, se convirtió en el gran icono de la generación X.

Todos recuerdan aquel poeta triste que convertía su música en rabia. Se siente en 'Nevermind', su obra cumbre, el disco que destronó al mismísimo Michael Jackson a comienzos de los 90. Con él, el 'grunge' cogió el impulso universal que se desinflaría tras la muerte del líder. Canciones como 'Smells Like Teen Spirit' pasaron a la eternidad.

Kurt Cobain y su "magnetismo especial": una figura que impulsó el estilo 'grunge' y no morirá nunca

El artista, de 1, 75 metros de altura, perdió el control con su amor y odio hacia Courtney Love (su pareja de 1992 a 1994, con quien tuvo a su única hija, Frances Bean Cobain), con su adicción a las drogas y sus excentricidades... Gritos de auxilio de una depresión cuyos síntomas comenzaron a los nueve años, tras el divorcio de sus padres, y se acentuaron en la cima del éxito.

"Era un magnetismo muy especial el que tenía Kurt Cobain, partiendo de referentes pop a hacer rock, el llegar a toda una generación creo que es algo que no puede morir nunca", sentencia Rodríguez. Y es que aquel espíritu no morirá nunca.

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