Como comentábamos en este otro artículo, La sociedad de la nieve, la película del director de cine español Juan Antonio Bayona que está nominada al Oscar a mejor película internacional, tiene pocas oportunidades de ganar en la madrugada del 10 al 11 de marzo la estatuilla.
Pero por más que la mayoría de los focos apunten hacia ese gran film español, no hay que olvidar que hay otro que también podrá salir victorioso del Dolby Theatre de Hollywood: la película de animación de Pablo Berger Robot Dreams. Un filme que, aunque tampoco parte como favorita, tiene (casi) más opciones de ganarlo que la que trata sobre el famoso accidente aéreo de los Andes.
Esto se debe a que, aun compartiendo nominación con otras grandes producciones de Pixar, Marvel, Netflix y del gran director de cine de animación Hayao Miyazaki, la cinta de Pablo Berger ha cosechado importantes éxitos entre el público, la crítica y en otros certámenes.
De 29 nominaciones, ha salido victoriosa en once. Algunas de ellas muy importantes como el Goya a mejor película de animación, el de mejor película en los Premios Annie, mejor cinta de animación en los Premios del Cine Europeo EFA o mejor comedia en los Premios Feroz, entre otros.
Una larga lista de galardones que no extrañan al que haya podido ver la película. Basada en la novela gráfica homónima de Sara Varon, la cinta cuenta la historia de un perro solitario que crea un robot para que le haga compañía. Su amistad va creciendo al ritmo de la música de Nueva York de los años ochenta hasta que se hacen inseparables. Pero un día, van a la playa y este último se estropea.
Un contratiempo que les obligará a separarse y a luchar por reencontrarse. Una historia muy original y conmovedora que trata de manera muy bonita cuestiones como la identidad, la soledad y el amor. Una serie de temas que hacen de la película un auténtico homenaje a la amistad. Un ensalzamiento a estas relaciones que el director consigue sin que haya nada de diálogo. Por extraño que nos parezca, esta película muda trasmite mucho y muy bien gracias a la música que lo acompaña y a los colores y trazos que ha utilizado para crear las animaciones.
Una cinta que está muy bien hecha, a la altura de la de sus rivales en los Oscar. Además en ella, Pablo Berger, su director, ha conseguido recrear el Nueva York de los 80. Él vivió allí en esa década y ha logrado llevar a la pantalla perfectamente ese ambiente que todos tenemos en la cabeza de cómo tuvo que ser esa gran ciudad hace cuarenta años.
El propio director es consciente de que es complicado que se lleve la estatuilla. Pero por si acaso, como apuntó a la agencia Efe hace unos días, ya tiene preparado el discurso. Y, en caso de que no pronuncie delante del auditorio, ya lo tiene preparado para otro premio.
También, en tono de broma, apuntó que irán “a Los Ángeles a hacer campaña y con el megáfono estaremos gritando, ¡Pasen y vean Robot Dreams! ¡Voten por Robot Dreams!" Aunque para él estar nominado ya es un sueño hecho realidad. "Es un sueño, no de Robot Dreams, sino de todos los que nos dedicamos al cine, que soñamos en algún momento ¿Y si algún día vamos a los Óscar? Pues mira, con Robot Dreams allí estaremos". Habrá que esperar a la madrugada del domingo para saber si ese sueño se ensancha.