Hay lugares de España que poco tienen que envidiarle a los grandes monumentos del mundo. Y, por eso, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró una de las calles españolas como la más bonita de todo el continente europeo. Teniendo en cuenta que ésta rivaliza con las calles de ciudades tan estéticamente emblemáticas como París, Bruselas, Praga o Ámsterdam, todo español puede sentirse orgulloso de esta clasificación, en la que un humilde municipio se Sevilla se ha llevado la medalla de oro a la belleza.
Se trata de la calle San Pedro, en Osuna, provincia de Sevilla, una de las ciudades más visitadas de nuestro país. Su esplendor radica en los palacios y casas solariegas que la componen, los escudos heráldicos y las portadas clasistas de las casas o la forja de los balcones, así como una compatibilidad cromática que la convierten en una verdadera joya arquitectónica. Si se observa con detalle se puede apreciar la evolución histórica de todos los estilos en la construcción de los edificios de nuestro país y, por ello, se la considera como un museo al aire libre. La calle tiene tanto valor, que es común ver a grupos de visitas guiadas transitándola, para conocer a fondo cada uno de sus rincones.
La joya de la calle es el Palacio de los Marqueses de la Gomera, inmenso y de imponente fachada. Es una edificación del siglo XVIII, obra de Juan Antonio Blanco y un claro ejemplo del barroco civil andaluz, con influencias de la arquitectura colonial. Hoy en día es un hotel, que cuesta una media de 120 euros la noche con alojamiento y desayuno. El sol de Andalucía acrecienta aún más su belleza y su suntuosidad, tanto en el exterior como en sus habitaciones interiores.
Además de ser el principal reclamo turístico de la localidad, la buena reputación de esta calle la convierte en un escenario perfecto para cualquier rodaje cinematográfico. Por ello, fue elegida como plató de producciones tan reconocidas como Carmen, de Vicente Aranda o Engaños, de Álvaro Begines; incluso el director italiano Franco Zeffirelli la eligió, por su elegancia y carga histórica, como escenario del rodaje de su película sobre la vida de la soprano griega María Callas. En la era de las redes sociales, también se ha convertido en uno de los lugares favoritos de los influencers para hacerse un exitoso selfie.