El mundo del espectáculo se conmocionó el pasado 28 de octubre al conocer la trágica noticia de que Matthew Perry había fallecido a los 54 años en su casa de Los Ángeles. La causa de su muerte aún se desconoce, a la espera de los resultados del análisis toxicológico. El actor era muy querido por los fans de la serie Friends, así como por sus compañeros de reparto y sus antiguos amores.
Entre ellos se encuentra Julia Roberts, la famosa actriz ganadora de un Oscar, que mantuvo un romance con el humorista entre 1995 y 1996. Su relación se inició cuando Roberts hizo un cameo en la exitosa sitcom, interpretando a una antigua compañera de colegio de Chandler, el personaje de Perry.
En una reciente entrevista con el portal Entertainment Tonight, Julia Roberts se refirió por primera vez a la pérdida de Matthew Perry y cómo le ha afectado. “La muerte repentina de alguien tan joven siempre es devastadora”, dijo Roberts, que casualmente cumplió 56 años el mismo día que hallaron el cadáver de Perry.
“Creo que nos ayuda a todos a apreciar más lo que tenemos y a seguir adelante de manera positiva lo mejor que podamos”, añadió la actriz, recordada por sus roles en filmes como Erin Brockovich o Pretty Woman. Roberts recordó con cariño su participación en el episodio de la segunda temporada llamado “El de después de la Super Bowl” y que solo aceptó hacerlo si su personaje tenía una conexión con Chandler.
“Todos fueron muy acogedores conmigo a pesar de ser un personaje episódico y fue una etapa muy divertida”, comentó Roberts a ET, resaltando que tiene “buenos pensamientos y sentimientos” sobre su experiencia en la comedia.
La historia de amor entre ambos empezó cuando Roberts estaba dudando sobre aceptar el papel. Perry contó en su autobiografía, “Amigos, amantes y aquello tan terrible”, que le mandó tres docenas de rosas rojas con una nota que decía: “Lo único más emocionante que la perspectiva de que hagas el show es que finalmente tengo una excusa para enviarte flores”.
Sin embargo, la relación se acabó, según el propio actor, por sus propios complejos. Perry confesó: “Todo el día estaba seguro de que ella iba a romper conmigo. ¿Por qué? Porque yo creía que no era suficiente para ella, que nunca podría serlo. Estaba destrozado. Y arisco. Era muy desagradable”.
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