Bailarina, actriz, presentadora, cantante. “Poca gente hay como ella”, dijo Enrique González Macho, presidente de la Academia del Cine, sobre Concha Velasco cuando la actriz recibió hace ya más de una década el Goya de Honor a toda su trayectoria. ‘La chica yeyé’, que ha muerto a los 84 años, trabajó en más de 80 películas, series y programas de televisión, e innumerables obras de teatro y cosechó más de una treintena de galardones, entre los que destacan el Premio Goya de Honor en 2012, el Max de Honor en 2019, el Valle Inclán a mejor actriz por 'Hécuba' en 2015, el Ondas a mejor actriz por 'Gran Hotel' en 2012 o la Espiga de Oro de la Seminci por 'La hora bruja' en 1985.
Pero en la vida de Concha Velasco no hubo solo éxitos profesionales. La actriz se consideraba "mal querida" por las parejas que había tenido y a lo largo de su vida tuvo dificultades financieras y varapalos en su estado de salud. Según reconoció ella misma, en una ocasión trató de quitarse la vida al ver una entrevista de Paco Marsó, el que fue su gran amor. Los últimos años de su vida los pasó en una residencia e ingresó en varias ocasiones en el hospital.
Concepción Velasco Varona ha sido una de las artistas más populares y queridas de España, con una carrera que comenzó muy joven. A lo largo de su vida, desarrolló una prolífica y exitosa carrera como actriz y cantante que la convirtió en referente de la interpretación tanto en el cine como en el teatro y la televisión.
Nacida en la calle Recondo de Valladolid el 29 de noviembre de 1939, Concha Velasco era hija del comandante de caballería Pío Velasco y de la maestra republicana María Concepción Varona. Su abuelo materno, Jesús Varona, había compuesto en 1935 un himno de Valladolid encargado por la Diputación Provincial que sería postergado durante la dictadura.
Siendo niña, Concha Velasco se mudó primero a Larache --entonces protectorado español de Marruecos-- y más tarde a Madrid, donde inició su formación como bailarina para estrenarse en el cuerpo de baile de la Compañía Nacional de Ópera de La Coruña. Más tarde trabajó en la compañía de Manolo Caracol como bailaora flamenca para incorporarse después a la de Celia Gámez, en la que estrenó 'El águila de fuego'. A los 16 años, se estrenó en el cine con 'El bandido generoso' (1954).
El gran amor de Concha Velasco fue Paco Marsó, a quien conoció durante una de las representaciones de 'Don Juan Tenorio' en la década de los 60. En 1977, se casó con él y tuvo a a su segundo hijo, Francisco Martínez Velasco. En 2005, se divorciaron.
Previamente la artista había tenido otro hijo, Manuel, fruto de su relación con el director de fotografía Fernando Arribas, que fue adoptado por Paco Marsó y cuya verdadera paternidad fue revelada por la actriz en 2021. También era tía de la también actriz Manuela Velasco.
Como coprotagonista en el cine comenzó a trabajar en 'Muchachas en vacaciones' (1957) y 'Las chicas de la Cruz Roja' (1958), donde alcanzó gran éxito en compañía de Tony Leblanc, con el que compartiría numerosas apariciones en la gran pantalla como en 'Los tramposos' (1959), 'Vida sin risas' (1959), 'El día de los enamorados' (1959), 'Amor bajo cero' (1960), 'Julia y el celacanto' (1961) o 'Historias de la televisión' (1965), donde interpretó la famosa canción de Augusto Algueró y Antonio Guijarro 'La chica yeyé', título con el que pasaría a ser conocida la vallisoletana, a la que por entonces el gran público llamaba Conchita Velasco.
Con el popular Manolo Escobar participaría en cintas como 'Pero... ¿en qué país vivimos?' (1967), 'Relaciones casi públicas' (1968), 'Juicio de faldas' (1969), 'En un lugar de la Manga' (1970), 'Me debes un muerto' (1971) o 'Los gallos de la madrugada' (1971). Otros nombres destacados de la interpretación con los que trabajó en aquellos años fueron Alfredo Landa, José Luis López Vázquez o Antonio Ozores.
Con el fin del franquismo y el inicio de la Transición comenzó a interpretar papeles más serios como en 'No encontré rosas para mi madre' (1973), con Gina Lollobrigida y Danielle Darrieux; 'Tormento' (1974); 'Pim, pam, pum... ¡fuego!' (1975), de Pedro Olea; 'Un lujo a su alcance' (1975); 'Las largas vacaciones del 36' (1976); 'Esposa y amante' (1977); 'La colmena' (1982), de Mario Camus, o 'Esquilache' (1989) de Josefina Molina, por la que aspiró al Goya a la Mejor Actriz de Reparto'.
Sus últimas apariciones en el séptimo arte fueron 'Más allá del jardín' (1996), donde de nuevo estuvo nominada al Goya, en este caso como Mejor Actriz; 'París-Tombuctú' (1999), la última que dirigió Luis García Berlanga; 'Km. 0' (2001); 'El oro de Moscú' (2002); 'Bienvenido a casa' (2005); 'B&B' (2006); 'Chuecatown' (2007); 'Enloquecidas' (2008); 'Rabia' (2009), o el filme de terror 'Malasaña 32' (2020).
En 2012 recibió el Goya de Honor a su carrera, mientras que un año después se le concedió la Espiga de Honor de la 58 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), en la que ya había ganado la Espiga de Oro a Mejor Actriz en 1985 por su actuación en 'La hora bruja'.
En televisión, Concha Velasco trabajó en programas como Estudio 1, donde entre otros títulos 'Una muchachita de Valladolid' (1973), título que también se ligaría a su personalidad como el de 'La chica yeyé'.
Su actuación más destacada en la pequeña pantalla sería, no obstante, el de 'Teresa de Jesús' (1984), en la que daba vida a la mística abulense. También presentó diversos programas como 'Cine de Barrio', cita insustituible de las tardes de los sábados en la televisión pública.
En teatro comenzó protagonizando revistas y comedias durante la década de los 60, junto a clásicos como 'Don Juan Tenorio' (1964), basada en la obra de su paisano José Zorrilla.
En 1977 estrenó 'Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca', de José Martín Recuerda, junto a Pilar Bardem y María Luisa Ponte, en la que Concha interpretó a la célebre Mariana Pineda, condenada a muerte por bordar una bandera liberal en 1831.
En 1986 llegaría el turno del éxito musical 'Mamá, quiero ser artista', mientras que en 1998 actuaría en 'La rosa tatuada', adaptación de la obra de Tennessee Williams.
En 1999 Antonio Gala escribió para ella 'Las manzanas del viernes', con la que obtuvo un gran éxito y tras el que participó en la versión del musical de Broadway 'Hello, Dolly!' (2001).
Junto a Nati Mistral y Paco Valladares actuó en 'Inés desabrochada' (2003), también de Antonio Gala, mientras que desde abril de 2009 y hasta mediados de 2011 representó la obra de Josep María Pou 'La vida por delante'. Su siguiente proyecto teatral fue 'Concha, yo lo que quiero es bailar', estrenada en Valladolid en septiembre de 2011.
En 2012 intervino en el Festival de Mérida junto a José María Pou y Maribel Verdú en la obra 'Hélade' y un año más tarde lo hizo con 'Hécuba', de Eurípides. En 2016 encarnó al personaje histórico de Juana la Loca en un monólogo escrito por Ernesto Caballero y dirigido por Gerardo Vera en el Teatro de La Abadía de Madrid.
En 2018 encabezó la obra 'El funeral' en el Teatro La Latina de Madrid, escrita por su propio hijo, Manuel Martínez Velasco, quien también firmaría 'La habitación de María', con la que se subiría por última vez a los escenarios a finales de 2021. El 15 de septiembre de ese año, con 81 años, se retiró definitivamente de los escenarios con una última representación en el Teatro Bretón de los Herreros de La Rioja.
Sus últimos trabajos en TV fueron 'Motivos personales' (2005), en Telecinco; 'Herederos' (2008); 'Gran Hotel' (2011); 'Velvet' (2016), y 'Las chicas del cable', donde interpretaba a la malvada Carmen Benavides.
Por todo ello, a lo largo de su vida recibió más de 30 galardones. Entre ellos, destacan el Premio Goya de Honor en 2012, el Max de Honor en 2019, el Valle Inclán a mejor actriz por 'Hécuba' en 2015, el Ondas a mejor actriz por 'Gran Hotel' en 2012 o la Espiga de Oro de la Seminci por 'La hora bruja' en 1985.
La actriz, que ha fallecido el 2 de diciembre en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) "a consecuencia de una complicación en su enfermedad", según ha explicado la familia en un comunicado remitido a los medios de comunicación, había sufrido un gran deterioro de su salud en los últimos años.
En 2014, tuvo un linfoma que la mantuvo apartada de los escenarios durante meses y su vuelta fue condicionada a una vigilancia médica y un reposo que ella misma reconoció que era incapaz de seguir. Sin embargo, volvió a trabajar hasta 2021, cuando su salud se deterioró drásticamente.
En febrero de 2022, sus hijos decidieron trasladarla a una residencia. En diciembre de ese año tuvo que ser ingresada en el hospital, con problemas de aparato digestivo, hígado y artritis.