Un par de horas antes de la rueda de prensa en la que presentaban su última gira como dúo, una ambulancia se dirigía a la casa de Lucas. “No sé cómo estoy aquí ahora mismo”, confesaba el artista ante los medios. El motivo de este percance nada tenía que ver con la cardiopatía que le diagnosticaron antes de verano y que ha provocado su separación musical de Andy. Era por un cólico nefrítico, “para que veáis hasta qué nivel llega mi estrés”. Su madre, presente en la segunda fila de este acto, le aguantó la mano mientras él, “como si fuese un niño pequeño”, se encogía de dolor.
Por suerte, porque estas cosas funcionan así, su riñón le dio una tregua y le permitió estar puntual en este encuentro con la prensa en el que Lucas animó a los más de 45 periodistas acreditados “a hurgar en la llaga”, que ya verían ellos si respondían o no. El anuncio del fin de un grupo que lleva veinte años formando parte de la iconografía popular ha dado pie a mucha especulación. Y él, dando a la prensa el contenido que no necesitaba, ha acudido con un informe médico en la mano para demostrar que su problema cardiovascular era y es real.
Hace unos días, un vecino de su pueblo aseguró a un programa de televisión haber visto a Lucas González Gómez, su nombre real, entrando en un estanco. El aludido, algo indignado, se negaba a que se dejase caer que iba a por tabaco, que “en los estancos también se compran euromillones, coño”, y “para las malas lenguas” se ha llevado a la AISGE “los informes del Luqui”: “Si queréis cizaña, echadle una foto, se la lleváis a vuestro jefe y le decís que este hombre no se está aprovechando de la situación para vender una gira, que no es ningún insensato”.
Este tour lleva por nombre ‘Nuestros últimos acordes’ y cuenta con cuatro conciertos. El primero, en Cádiz (“que para eso somos de allí, no vamos a empezar en Ferrol, picha”). Luego pasarán por Barcelona y Sevilla. Y el último será en Madrid, en un WiZink Center en el que no han actuado en toda su trayectoria pero que ya tardaba en llegar, “que ya era hora de jugar en la liga de los grandes”. Si Alejandro Sanz o David Bisbal leen esto y quieren cantar con ellos ‘Son de amores’ o ‘Tanto la quería’, que les escriban por Instagram, que así nos han pedido que lo escribamos en nuestras crónicas.
Después de ese 13 de mayo de 2024 tienen la agenda vacía. Lucas se centrará en cuidarse, que ya es suficiente. Y Andy, al que este desenlace aún le pilla “de sopetón”, probablemente siga digiriendo la noticia. Él, que se niega a confirmar si continuará en la música en solitario, sigue asegurando que no tiene ni idea de qué hará con su vida a partir de entonces. Quizás, cuando todo pase, empiecen a componer un nuevo disco con el que volver. A lo mejor siguen cantando para los suyos. Igual se tienen que preparar para que les "dejen de pedir fotos por la calle". Todo está en el aire.
Mientras se deciden, el sostén económico se lo brindarán los ahorros y las inversiones inmobiliarias que han ido asumiendo desde que se convirtieron en la revelación del flamenco pop actuando "de pub en pub" cuando la música todavía se escuchaba "en casete". Conscientes de que "el dinero también se acaba", tomarán una decisión cuando eso pase.
Pero para revelación, la madre de Lucas. Esa que ha pasado de estar a primera hora de la mañana arropando a su niño para después, a eso de las 12:00 horas, asentir con orgullo con cada titular que soltaba ante la prensa. La misma que interrumpió el silencio de la sala con una llamada de teléfono que se le coló por no hacer caso a poner el modo avión. O la que, al concluir, después de tomarse una "foto de familia", les ha entregado un reconocimiento por todos los discos vendidos hasta la fecha.
Lágrimas no se han visto. Y eso que la ocasión lo merecía. Algo que le ha dado pie a Andy para pronunciar el chimpún final de esta imperfecta (pero exitosa) rueda de prensa cuando el estruendo de una guitarra que se caía al suelo mientras preparaban el escenario provocó que toda la sala girase la cabeza. "Si la guitarra es mía sí que voy a llorar, y no por lo de Lucas precisamente", apuntó con guasa.
Puede que en algún momento compongan otro álbum. Si por ellos es, terminará pasando. Pero por el momento, hasta que la salud mande y logren llenar ese WiZink Center soñado, toca parar.
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