El fulminante despido de la actriz Melissa Barrera ha causado una polémica mundial a través de las redes sociales. La productora Paramount ha decidido anular su contrato como intérprete de Samantha Carpenter, la protagonista de la nueva saga de la clásica Scream, que en el 2022 recaudó hasta 170 millones de dólares en taquilla con una sexta y renovada entrega.
El despido ha sido, tal y como versa el comunicado oficial, una consecuencia directa de las declaraciones de la mexicana en sus redes sociales sobre el histórico conflicto entre Israel y Palestina, reactivado en el último mes por el ataque sorpresa a Israel por parte de las milicias de Hamás. Desde el pasado 7 de octubre han sido muchos los actores que han utilizado la ventana de su fama para condenar los actos violentos y para "defender la causa Palestina", siempre diferenciada de los atentados terroristas.
Daniel Radcliffe, el millonario actor que dio vida a Harry Potter, ha sido uno de ellos. También la nombrada Melissa Barrera, actriz de origen mexicano que ha mostrado su empatía con el pueblo palestino al provenir "de un país que también fue colonizado" (por los españoles, en este caso). En uno de sus stories de Instagram dijo que "Palestina sería libre" y que "aquellos - invasores- que quisieron enterrarles, no sabían que eran semillas". En su última publicación, la actriz pide que "se detengan los bombardeos" que causan la muerte de inocentes en "Gaza e Israel".
Anteriormente, también había comparado la situación de Gaza con la de un "campo de concentración", al cesarse los suministros de las necesidades básicas tras el atentado de Hamás: "Arrinconando a todo el mundo, sin ningún lugar al que ir, sin electricidad ni agua... La gente no ha aprendido nada de nuestras historias. Y al igual que nuestras historias, la gente sigue observando en silencio cómo sucede todo. Esto es un genocidio y una limpieza étnica".
A raíz de estas palabras, Paramount lanzó un comunicado en el que explicaba los motivos del despido de la que iba a ser protagonista de Scream VII; película que, por motivos logísticos y por la huelga de la industria, todavía no se había empezado a rodar:
"La postura de Spyglass es inequívocamente clara: tenemos tolerancia cero con el antisemitismo o la incitación al odio en cualquiera de sus formas, incluidas las referencias falsas al genocidio, la limpieza étnica, la distorsión del Holocausto o cualquier cosa que cruce flagrantemente la línea de la incitación al odio", ha dicho la productora, generando cientos de comentarios en torno a esta polémica decisión.