Cuando Antón Álvarez (Madrid, 1990) empezó en esto le tocó escuchar de todo. Que si era un "nini", que si era un "mindundi", que si su música no era música. Por entonces ya tenía sus complejos, y aún los conserva, por no saber "ni cantar ni afinar". Pero también era consciente de que era un artista "como la copa de un pino". Y que el reto estaba en demostrarlo. Fue entonces cuando C. Tangana, el nombre con el que despegó dentro de una escena urbana todavía minusvalorada, puso en marcha 'El Madrileño'. Un disco en el que mezcló rumba, copla, son y folklore con los sonidos más modernos del momento. La industria al principio no lo entendió. Pero Pucho, como le llaman los suyos, tenía razón. Y lo terminó escuchando "toa' España".
El álbum que más orgullo le produce haber compuesto superó la categoría de fenómeno. Con él ganó tres Grammys Latinos, mucho dinero (en 2021 fue el disco que más copias vendió en España y canciones como 'Demasiadas mujeres' o 'Tú me dejaste de querer' superan las 360.000.000 de escuchas en Spotify) y prestigio, que es lo que buscaba. Y Antón estaba convencido de que la gira que venía después de su lanzamiento merecía mantener el nivel.
El 'niño maldito' del mainstream español lo tenía todo para levantar un tour a su antojo. El apoyo de una gran discográfica como Sony, un público dispuesto a regalarle 'solds out' en cada recinto en que se exhibiese y una "ambición desmedida" por reformular el concepto de show en directo. Pero esto, lejos de lo que cualquier mortal podría imaginar, terminó convirtiéndose en una ruina.
De cómo perdió millones en su última gira va su último documental. Un largometraje que llega a los cines este 26 de octubre y que sigue a C. Tangana a lo largo de cuatro años, desde que 'El Madrileño' aún era una buena idea en la cabeza de Pucho hasta que volvió de girar por Latinoamérica sin tiempo "de sumar la pasta" que habían perdido con ella.
Quien quiera ver esta "tragedia en tres actos" en pantalla grande saldrá de la sala confirmando que sí, que mereció "muchísimo" la pena. Pero antes será testigo de cómo una pandemia mundial, una esguince de tobillo, un huracán, un telón de 30.000 euros, un octeto de cuerda y otro tanto de viento o un extravío en el aeropuerto de Ciudad de México hicieron de 'Sin cantar ni afinar Tour' una catástrofe que merecía ser grabada.
Antes de su primer concierto, ni C. Tangana ni las 107 personas que le acompañaron en su gira imaginaban que esta serie de catastróficas desdichas podían coincidir en el tiempo. Pero tuvieron la suerte de que Little Spain, la productora que Antón Álvarez montó con Cris Trenas, Santos Bacana y Rogelio González, estaba ahí para captarlo.
El resultado del documental, que le ha permitido reconciliarse con su gira y verbalizar que el esfuerzo faraónico le compensó a pesar de ser una máquina de perder dinero con ruedas, ha sido un salto de gigante para los cuatro como creadores audiovisuales. Tanto, que lo presentaron en el Festival de San Sebastián y aspiran a llevarse el Goya. Tanto, que igual nos ha hecho perder al cantante. Porque ahora Pucho quiere hacer cine. Como 'Esta ambición desmedida' o mejor. Ficción, comedia, drama o lo que surja. Probarse a sí mismo como director. Y con la música, esa en la que ya ha logrado alcanzar su tan anhelada trascendencia, ya se verá.