El humor en los espectáculos drags de la noche madrileña tiene nombre propio y también apellido: Vania Vainilla. La que comenzara a ‘draguearse’ a los diecisiete años para conseguir entrar a locales sin que le pidieran el DNI, lleva veinte años subiéndose a los escenarios de los locales de media España para hacer sonreír a los que apuestan por el travestismo como un arte y no un añadido a una despedida de solteros.
Aunque ha experimentado demasiado, cuenta que el show más especial que ha vivido es el de esa cliente que antes de morir lo último que quiso hacer fue verla en su local de costumbre, y eso que ahora protagoniza junto a otras doce reinas más un espectáculo drag que está arrasando en toda ciudad por la que pasa: “El gran hotel de las reinas”. Valencia, Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona… y dos fechas en Madrid (3 y 4 de noviembre) que cierran por todo lo alto un show que eleva a la máxima potencia la diversidad y la inclusión en nuestro país. ¡Por fin se pone en valor la labor de la drag queen española a nivel internacional!
Ese espectáculo nace del último espacio televisivo en el que Vania se dio a conocer, ‘Drag Race’, y en el que se mostró más vulnerable que nunca. ¿Acaso alguien creyó alguna vez que una ‘comedy queen’ no llora ni tiene pensamientos intrusivos? Ellas también son humanas, como Chenoa.
Aprovechamos su parada en la capital entre función y función para conocerla mejor en el vídeo que abre la noticia:
-¿Quién es Vania?
Vania es una ‘comedy queen’, una chica con la que pasárselo bien y echarse unas risas. Como digo yo, Vania es un payaso para adultos.
-¿Por qué nace Vania?
Por la necesidad de entrar en los bares de ambiente. Tenía diecisiete años y no me dejaban entrar, pero conocí a una drag queen que me animó a montarme [como drag] y así poder entrar. Consejo para todo el mundo: si no os dejan entrar en un local, ‘draguearos’ porque no os van a pedir el DNI.
-¿Qué es el arte drag para Vania?
Es una vía de escape, pero, sobre todo, es una profesión. Cuando empecé era una afición y una manera de pasármelo bien y conseguir el alcohol gratis, pero después de tanto tiempo ya se puede considerar una profesión. Llevo desde los 20 años trabajando y eso ya tengo muchos más.
-¿Vania recurre al humor para no afrontar que es humana y tiene derecho a tocar fondo y aprender?
Vania recurre al humor para llegar a los corazones de la gente y también para ocultarse detrás de la risa y pasarlo bien. Solo tenemos una vida y tenemos que ser capaces de reírnos de nosotros mismos.
-¿Te arrepientes de haberte mostrado tan vulnerable en esta última etapa profesional?
Para nada. Soy así… ¿Por qué no deberíamos mostrar que a veces no estamos bien? Si estoy, pues estoy mal cariño. Es lo que hay.
-En el drag, como en la vida, ¿hacer reír está infravalorado?
Siempre lo está. Debería ponerse más en valía porque conseguir una lágrima o una risa de un espectador es muy bonito.
-Por suerte, ¿ha pasado de moda el recurrir a la ridiculización del espectador para conseguir hacer gracia en un show drag?
Ha pasado de moda. Primero hay que ridiculizarse a una misma… aunque tampoco consiste en hacerlo a la persona que está disfrutando del show, pero sí que se ría con el artista. Si una se ridiculiza primero a sí misma ya tiene un poco más de permiso para, sin llegar a la ridiculización, alcanzar la risa y pasarlo bien.
-¿El humor tiene límites para Vania?
Aunque hay que saber hasta dónde llegar, no creo que tenga límites. Se los ponemos nosotras mismas. A veces digo algo en un show y noto algún grito y pienso: “ya le ha explotado la cabeza a alguien”.
-¿Cómo valoras la evolución del drag en España?
Esta siendo maravillosa. Tenemos que ayudar a las nuevas generaciones que vienen, somos una familia grande y hay que continuarlo a lo largo del tiempo.
-¿Es rentable ser drag? ¿Se paga facturas dedicándose una al travestismo?
Llevo veinte años dedicándome a ello y puedo decir que sí, que se pagan las facturas siendo drag queen.
-Un show que recuerdes con especial orgullo:
Una clienta, que ya no está con nosotros porque falleció de cáncer, lo último que quiso hacer fue venir a uno de mis shows. Fue una experiencia muy bonita que nunca olvidaré. ¡Por eso hago drag!
Hay otro que no voy a olvidar nunca y es cuando me vomitaron encima en medio de una despedida de solteras. Luego continué haciendo más shows y la gente decía: “¡qué raro huele la drag queen!”.