Alejandra Andrade se encuentra ultimando su vuelta a televisión con el reputado programa “Fuera de cobertura” de Cuatro, en la que será una nueva temporada tras casi cuatro años de ausencia. Asuntos nacionales e internacionales y realidades muchas veces ocultas volverán a la televisión con la periodista viajando al centro de los problemas, historias desde el mismo lugar de la noticia que arrancará con la epidemia de fentanilo en Estados Unidos. Hablamos con ella en las oficinas de su productora en Madrid para conocer el gran momento que está viviendo, a poco de comenzar una temporada que asegura “va a ser increíble”.
¿Cómo es la vida de Alejandra Andrade en este momento?
Pues muy divertida pero también una locura porque estamos grabando los últimos reportajes, editando y a punto de entregar los dos primeros del fentanilo, que son unos reportajes impresionantes. Sin parar, pero muy feliz.
Se acerca una nueva etapa de ‘Fuera de cobertura’
Así es, una nueva temporada en la que hemos decidido abrir con dos reportajes sobre el fentanilo, que es un tema de total actualidad, con mucha gente hablando sobre ello y con numerosa información alrededor, pero muy confusa. Lo que hemos querido hacer es hablar de ello con un episodio en Estados Unidos y otro en España.
En 2019 se emitió la última temporada en Cuatro, ¿cómo ha sido la oportunidad de volver a Mediaset con nuevas entregas?
Pues una sorpresa y una alegría enorme para el equipo. Como dices, dejamos de emitir justo antes del confinamiento que es cuando recibí el premio Ondas Nacional de Televisión y luego no renovamos. He de decir que me vino bien, porque llevaba unos años con muchísimo trabajo y me lo quise tomar como un descanso, pero no renovar fue desde luego un bajón. Este año nos juntamos con el nuevo equipo de Mediaset para ver qué podíamos hacer y nos dijeron que querían volver con el programa, así que fue toda una alegría.
¿Estás ‘fuera de cobertura’ cuando te encuentras grabando?
Es que somos un equipo pequeño, son muchos viajes y muchísimo curro. Al volver con “Fuera de cobertura” quería dedicarme exclusivamente a esta temporada y hacerlo todo genial. Tenemos otros proyectos en la productora, pero yo no doy para más, ahora mismo estamos centrados en esto.
¿Cómo es compaginar la vida familiar con dos hijos y el trabajo de reportera de investigación?
Pues he de reconocer que ahora fenomenal, porque tengo una hija de 16 y un hijo de 12 años. Si echo la vista atrás me pregunto cómo me organizaba para hacerlo cuando eran más pequeños. Me puedo organizar también porque mi marido teletrabaja y está en casa, y ahora es mucho más sencillo porque son más mayores e independientes, y es verdad que cada vez me organizo mejor, no sé si por la experiencia, pero esta temporada va todo súper bien. El año pasado mi hija estuvo en Estados Unidos todo el año estudiando, y mi hijo también hace un poco ya su vida de adolescente, y eso facilita.
Antes sin duda era todo distinto. Cuando hacía ‘Encarcelados’ y ‘Tierra Hostil’, junto a los primeros “Fuera de cobertura”, mi hijo era muy pequeño y al llegar no existían los jet lags y cuando entraba en casa el pequeño me miraba y salía corriendo, de alguna forma me “castigaba” o se ponía a llorar y se iba con su padre, pensaría “qué mala madre”, pero a la larga sé que están orgullosos y les encanta el trabajo que hago, son conscientes también de muchas realidades gracias a los reportajes que hace su madre, y que de otra forma igual no conocerían de esa manera. Reconozco que ahora mismo estoy en un momento dulce en la familia y trabajo.
Entiendo que elegir los temas para un programa así tiene un profundo trabajo de investigación.
Yo estoy pensando en temas constantemente. Me gustan todos los que tratan de denuncia social o temas que igual los informativos los tocan muy por encima y a los que le dan poco espacio. Desde ‘Callejeros’ hasta ahora siempre me he interesado por estos asuntos, en la gente y las historias que no suelen tener el foco, por eso el nombre de “Fuera de cobertura” le va perfecto.
A lo largo de estos años, ¿has pasado miedo grabando reportajes?
En el festival de Ourense vieron el episodio del fentanilo y cuando terminó mucha gente me preguntaba si había pasado miedo. Eso fue lo primero que me comentaron, porque al final te metes en sitios donde mucha gente no entraría, pero en el fondo no paso miedo. La experiencia de haber grabado tanto hace que sepa cuándo tengo que parar y hasta dónde podemos llegar. Para el del fentanilo, que seguramente cuando lo veas desde fuera te asuste, tuvimos que entrar en los barrios de los que ya había visto imágenes, pero es verdad que cuando estás ahí impacta, la gente está en unas condiciones terribles y también hay armas.
Pudimos entrevistar a unas periodistas de San Francisco Chronicle, que habían nominado al Pulitzer por sus investigaciones sobre el fentanilo y nos pusieron en contexto: les habían robado las cámaras mil veces o amenazado a punta de pistola… Hay ciertos barrios en Los Ángeles y San Francisco en los que tener cuidado, pero no hemos tenido que salir corriendo, yo voy siempre de frente diciendo que soy periodista y a lo que vengo, y no llevo cámaras ocultas, así que no solemos tener problemas.
Esa realidad que has visto en Estados Unidos con esta droga, ¿te da miedo?
Da miedo, especialmente el segundo capítulo, porque cuando ves lo que pasa en Estados Unidos piensas que es imposible que llegue a Europa o a España concretamente, al menos no de la manera en que ha calado allí, donde el año pasado murieron casi 120.000 americanos por el fentanilo y las cifras van para arriba. No hablamos de toxicómanos de calle porque hay mucha gente joven, ya hay más muertes en Estados Unidos por ello que muertes de tráfico.
Lo que ha pasado allí viene ya de la crisis de los opiáceos y su venta por las farmacéuticas de manera desenfrenada, y cuando se demostró que eran adictivos ya tenían a gran parte de la población enganchada.
Lo que me comentabas que te parecía eso “The walking dead” es así, porque hay gente muy joven de 20 años consumiendo. En España no puede llegar de esa manera, porque hay mucha vigilancia y el ministerio de Sanidad tiene un férreo control sobre el fentanilo legal, pero sorprendentemente ya hemos estado en barriadas, como en la Cañada Real, donde se ha visto que se está cortando droga con ello, así que ya está a pie de calle, pero no creo nunca que llegáramos a la situación de Estados Unidos.
El consumo televisivo ha cambiado mucho.
Es cierto. Con las plataformas se nos abrió mucho campo de trabajo, pero yo llevo toda la vida en televisión y me encanta, me gusta el reportaje y la crónica pura que es lo que se va a ver en la nueva temporada, con una imagen mucho más cinematográfica, pero siguen siendo crónicas.
Hice una serie documental para plataforma con Tomás Ocaña, “Adictos a la pantalla”, pero creo que mi hábitat natural es la tele, el reportaje puro es el de la televisión de siempre y aunque me encantaría hacer documental en plataformas, lo que mejor sé hacer y donde más disfruto es con los reportajes para televisión y en abierto, donde lo pueda ver todo el mundo.
¿Te inquieta el share?
Por supuesto que asusta. También he de reconocer que ya no lo pienso tanto, pero cuando llegue la emisión estaré atenta al resultado de audiencia el día posterior, y ya sabemos que todo funciona peor, pero soy una privilegiada por tener hueco en un prime time para hacer reportajes y denuncia social, ojalá funcione y pueda estar mucho tiempo. Mi oficio siempre ha estado en la televisión y creo que tiene mucho recorrido a pesar de todo.
Ya que has comentado lo de ‘Adictos a la pantalla’, ¿es algo que te preocupa con tus hijos?
A ver, los dos tienen móvil y no soy una madre de prohibir. Mientras todo vaya bien y saquen buenas notas, que lo hacen, y hagan deporte, salgan, tengan amigos, lean, vean pelis, jueguen y hagan una vida fuera de casa, yo estaré encantada. El problema es cuando alguien está enganchado y dejan de hacer, pero mientras hagan todo eso y cumplan con sus obligaciones en casa no hay problema. Las nuevas tecnologías están ahí y no debemos prohibirlas.
¿Qué recomendarías a alguien que quiera dedicarse a esto?
Que apuesten por lo que les gusta. Yo sé que es difícil y soy muy idealista, pero nada de eso de “no estudies periodismo porque está muy difícil”, creo que tienes que ir a por ello e intentar conseguir unas prácticas o currar lo antes posible, y si te gusta intenta tener contacto con el mercado laboral rápido, porque es donde más aprendes.
¿Ha habido programas que te han marcado para estar dónde estás?
Sin duda ‘Callejeros’. Para una periodista tener la suerte de caer en un programa así es increíble. Las mejores historias están en la calle, a mí me gusta mucho producir contenido y es verdad que llamando siempre consigues cosas, pero en ‘Callejeros’ era salir a la calle a buscarte la vida y las historias. Ese programa fue sin duda mi verdadera escuela.
De no ser periodista, ¿a qué te hubieras dedicado?
Uff, yo iba a hacer políticas, era eso o periodismo, pero he de confesarte que no me imagino haciendo otra cosa, es más, cuando no nos renovaron el programa, vino el confinamiento y ese momento en el que todos nos replanteábamos la cosas, y me pregunté ¿qué hago?, porque yo no sé hacer otra cosa.
¿Qué se aprende viajando para grabar?
Para mí es el trabajo perfecto. Conoces los países, las ciudades y realidades de otra manera, visitas sitios, lugares y personas que de no currar en esto no conocería, y los viajes forman parte de mi vida.
Para terminar, ¿cómo es volver de una grabación dura, llegar casa y separar realidades?
Pues es difícil, pero cada vez lo llevo mejor. Antes sufría mucho más, y me lo llevaba a un terreno más personal en casa, diciendo a mis hijos lo afortunados que eran por nacer en la cara buena del mundo, era más cansina con esto y ahora intento transmitir unos valores para que sean conscientes, pero consigo separar el trabajo y no dar la chapa con esas cosas.