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Sphere, la colosal esfera que promete revolucionar el mundo del entretenimiento, ha sido inaugurada este fin de semana en Las Vegas. Con 112 metros de alto y 157 de ancho, se trata de la estructura esférica más grande del mundo.
Un proyecto cuya construcción había sido retrasada a consecuencia de la pandemia, pero que finalmente fue inaugurado el 26 de septiembre con un concierto de U2, la cual presentará su show “U2: UV Achtung Baby Live at Sphere” —un homenaje a su disco de 1991— durante 25 fechas hasta diciembre. Este viernes 6 de octubre, además, se estrenará en la titánica estructura una película del director neoyorquino Darren Aronofsky (más conocido por “El cisne negro” o “La ballena”, entre otras), la cual ha sido hecha específicamente para dicho auditorio y que integra toda la tecnología disponible con el fin de crear una experiencia inmersiva.
Todo el exterior de la esfera está iluminado por una pantalla LED de 54.000 m2, equivalente a unos 8 campos de fútbol. Con 173 millones de píxeles, es la pantalla de mayor resolución del mundo. Se eleva a 76 metros del suelo. Tras este diseño y parte de la ingeniería se encuentra una firma zaragozana, liderada por el arquitecto Miguel Montgivel.
Sphere tiene capacidad para 17.500 personas, pero puede albergar hasta 20.000 si se incluye el público de pie. 10.000 butacas están equipadas con tecnología háptica, lo que significa que pueden vibrar para dar al público una sensación tangible de lo que ocurre en la pantalla. También pueden crear efectos de viento, temperatura y olor.
El sonido está diseñado utilizando una tecnología conocida como Wave Field Synthesis, la cual utiliza un gran número de altavoces controlados electrónicamente, por lo que la interferencia de sus ondas crea una experiencia acústica muy similar desde cualquier punto de la sala. Algunos de los asistentes a la inauguración también comentaron que el aislamiento acústico es asombroso, es decir, que apenas se oye nada de lo que ocurre dentro de la sala.
En 2019, se estimaba que el proyecto costaría, en total, unos 1.200 millones de dólares (unos 1.143 millones de euros). No obstante, ciertas modificaciones en el diseño, la crisis de la cadena de suministros producida por la pandemia y el incremento de la inflación durante la última etapa de la construcción terminaron duplicando la inversión en Sphere.
Se trata del auditorio más caro de Las Vegas; incluso más que el Allegiant Stadium, el cual cuadriplica la capacidad de Sphere.