Desgranamos las relaciones en la actualidad con la escritora Marta Jiménez Serrano: “Me he querido cargar la idea de que el amor puede con todo”
Hablamos con la escritora Marta Jiménez Serrano, quien acaba de publicar el libro de cuentos ‘No todo el mundo’
Una obra en la que, a través de diferentes tipos de parejas, intenta descifrar cómo es el amor en la actualidad
Las relaciones sentimentales han cambiado mucho de nuestros padres y abuelos a ahora y tenemos que negociar qué es lo más conveniente para nosotros
De unos 20-30 años a esta parte, las relaciones amorosas han cambiado completamente. Ese amor eterno –las más de las veces por obligación que por elección– de nuestros abuelos y padres ya no es tal. El empoderamiento de la mujer, los anticonceptivos o la aceptación social de que no existe un único modelo de pareja, entre otros factores, han hecho que los que atravesamos este momento andemos a la búsqueda de qué es lo más conveniente en el amor. Una circunstancia que nos hace tener que negociar con la otra persona e ir acordando qué tipo de relación queremos.
A la escritora Marta Jiménez Serrano tanto el amor como el cambio que estamos viviendo le interesaban mucho. Y como todo lo que le carcome acaba en un texto, se puso a escribir sobre ello. De ahí sale ‘No todo el mundo’ (Sexto Piso), un libro de relatos en los que indaga en el contexto actual del amor a través de diferentes parejas: jóvenes y viejas, con hijos, de ricos y pobres… En Yasss hemos hablado con ella para desgranar en qué punto se encuentra el amor en la actualidad.
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¿En qué situación se encuentra el amor hoy?
Es difícil de decir. Creo que hay un choque entre cierto deseo de compromiso que hemos visto en nuestros padres y abuelos y con el hecho de que hoy no es un imperativo formar una familia o casarse. Han ocurrido muchas cosas que han afectado a la pareja, como los métodos anticonceptivos o que la mujer se haya incorporado al mundo laboral.
Unos hechos que han afectado también al reparto de roles en la relación.
Creo que es un tema coprotagonista del libro. Es algo que nos ha afectado mucho. De repente las cualidades positivas de los hombres y las mujeres han cambiado mucho. El tema es que el modelo anterior, aunque terrible porque era por imposición, era muy eficaz. El hombre se encargaba de unas cosas y la mujer de otras. Ahora, hay que acordarlo todo y lidiarlo todo, algo que lleva mucha más deliberación: no hay un modelo único de pareja, cada una tiene que decidir cómo quiere hacer ese reparto.
En el libro se escribes sobre diferentes tipos de parejas. Personas jóvenes, mayores, que llevan tiempo solos, que han tenido una relación hace poco, solteros con hijos, etc. ¿Querías contarlo desde muchas ópticas?
Sobre todo buscaba diferentes tipos de conflictos. Al poder poner muchos, teníamos todas las piezas del puzle.
En un cuento tratas la diferencia de dinero en una pareja. ¿Puede acabar esto con un amor?
Me he querido cargar la idea de que el amor puede con todo. A veces no. Y sobre todo que es una magia paralela que no tiene nada que ver con las condiciones materiales. Es decir, de dónde venimos, lo que ganamos, cómo es nuestra familia y nuestro entorno. Todo eso afecta a la hora de enamorarnos.
Pero sobre todo, es un libro de las rupturas. ¿Por qué es fácil entender cuándo estamos enamorados, pero no aceptar que no lo estamos?
No es que sea fácil entender cuando estamos enamorados, sino que es agradable y no nos preguntamos. Como estamos contentos y felices, no lo analizamos. Sin embargo, en las rupturas sí hay una voluntad de comprensión para entender qué ha pasado. Pero me parece lo más natural empezar relaciones y dejarlas. Algo que tiene que ver con el momento actual también. Hemos naturalizado que pueden terminar.
Hay incluso un relato en el que el protagonista quiere que le pillen una infidelidad para tener un motivo para dejarlo.
Y al mismo tiempo ella se imagina que él le es infiel para tener un motivo para enfadarse. Las razones menos concretas son mucho más difíciles de esgrimir. ¿Cómo explicas un “ya no hablamos” o “ya no me quieres como antes”? El otro te puede decir que siente igual y se acaba la conversación. Pero cuando cristaliza lo concreto, es más sencillo. Lo que cabría pensar es que cuando tenemos el deseo de que pase algo para enfadarnos, ya es el momento de enfadarnos.
Todos nos creemos que nuestros sentimientos son únicos cuando empezamos o terminamos una relación, pero leyendo tus cuentos vemos que al final a todos nos pasa lo mismo.
Cuando lo vivimos nos creemos especiales, pero al final los procedimientos son los mismos. Hay un ensayo de Carmen Martín Gaite que se llama Usos amorosos de la posguerra española que tiene que ver mucho con esto. El mío se podría haber llamado Usos amorosos del SXXI, porque tiene las dinámicas de los usos y las costumbres que nos afectan a todos a día de hoy.