Tina Turner ha muerto este miércoles a los 83 años de edad en su casa de Küsnacht, cerca de Zúrich (Suiza), después de una larga enfermedad, según informaban portavoces de la familia en un comunicado, en el que también se destacaba que con la muerte de la artista "el mundo pierde una leyenda de la música y un modelo a seguir".
A sus 83 años, Tina Turner había experimentado varios problemas de salud como dos derrames cerebrales en apenas cuatro años de los que le costaba recuperarse. Además, en 2016 el equipo médico de Tina Turner le diagnosticó cáncer de intestino por lo que se tuvo que someter a una importante operación en la que le extirparon parte del estómago. Tras esta cirugía, la artista presentó problemas renales y, debido a la hipertensión de la artista, Tina Turner tuvo que someterse finalmente a un trasplante de riñón.
Sin embargo, Tina Turner tomó la decisión en 2013 de alejarse del foco público, mudarse a Suiza y pasar sus últimos años en un castillo junto a su marido Erwin Bach. Tina Turner se instaló en Suiza por amor, siguiendo a mediados de los noventa a su entonces pareja, el productor musical alemán Erwin Bach, y casi veinte años después consiguió la nacionalidad del país en el que además de compartir su vida con el hombre que amaba, encontró confort y un respeto de la privacidad que apreciaba considerablemente.
En 2013 obtuvo la nacionalidad suiza y renunció a la estadounidense, entregando su pasaporte azul a los funcionarios que le dieron la bienvenida como nueva ciudadana helvética, un paso que luego le permitió más fácilmente adquirir propiedades en un país que tiene reglas estrictas en este sentido.
En una rara entrevista que dio en ese momento al diario 'Blick', Turner explicaba que aceptó la oferta porque el producto que promocionaba hacía honor a la calidad suiza, pero más allá del aspecto comercial reconocía también que vivía una vida de aislamiento y que le molestaba exponerse públicamente.
Su último concierto fue en 2009 -una vuelta sorpresiva al escenario tras una década de silencio- y probablemente desde entonces trabajaba duro para obtener el pasaporte suizo en su cantón de residencia, Zúrich, para lo cual no sólo debía demostrar conocer las costumbres y la historia local, sino hablar alemán, un idioma que siempre decía seguir aprendiendo.
De los suizos opinaba que "siempre son puntuales" y que tuvo que acostumbrarse a eso porque la puntualidad no era necesariamente su fuerte, aunque reconocía que tampoco le gustaba esperar a los demás. "Ahora sé que tengo la puntualidad bajo control... y que tengo el pasaporte rojo", celebraba.
La privacidad era un valor suizo que la artista valoraba mucho, pero también disfrutaba de la naturaleza, del aire fresco y en general "del estilo suizo". "Mi privacidad es respetada y me siento segura aquí. Muchas celebridades tienen que lidiar con acosadores, pero yo nunca he tenido ese problema en Suiza. Aquí es donde he encontrado la tranquilidad", contaba en la entrevista.
Respecto a su ámbito privado, Tina Turner no tuvo una vida fácil. Dejando de lado su relación de malos tratos y abuso con su primer marido, la 'pantera del Rock&Roll' sufrió en sus últimos años la muerte de dos de sus cuatro hijos. En julio de 2018, Craig Raimond, el primogénito de la cantante, se quitaba la vida a los 59 años. Craig nación cuando Tina tenía tan sólo 18 años, y fue fruto de una relación anterior a la que mantuvo la artista con Ike Turner. Tras la boda entre ambos, el marido de la cantante adoptó al pequeño Craig. Aunque su padre biológico era Raymond Hill, un saxofonista que tocaba en la banda de Ike.
La fatal noticia de su muerte coincidió con un viaje que Tina realizó fuera de Suiza. Justo entonces, la cantante tenía planeado asistir a la Semana de la Moda de París aunque tuvo que posponer dichos planes.
La cantante aseguró que cuando echó las cenizas de su difunto hijo al mar fue su momento más triste como madre: "El jueves 19 de julio de 2018, me despedí por última vez de mi hijo, Craig Raymond Turner, cuando me reuní con familiares y amigos para esparcir sus cenizas frente a la costa de California. Tenía 59 cuando murió tan trágicamente, pero siempre será mi bebé”, declaraba en sus redes sociales.
Cuatro años después de la muerte de su primer hijo, Tina Turner tuvo que lidiar con otra triste noticia: su hijo pequeño fallecía a causa de un cáncer. Ronnie Turner, el hijo de Tina Turner, fallecía después de una dura batalla contra el cáncer. Su mujer, Afida, compartía en su cuenta de Instagram la trágica noticia de la muerte del actor a los 62 años de edad.
Nada más conocer la noticia, Tina Turner le dedicaba un emotivo mensaje de despedida a su hijo: "Ronnie, dejaste el mundo demasiado pronto. Con dolor cierro los ojos y pienso en ti, mi querido hijo".