La leyenda detrás de regalar una rosa el Día del Libro
Todo nace de una leyenda que tiene como protagonistas a San Jordi, una princesa y un dragón
Se calcula que sólo en Cataluña se venderán este día 6 millones de rosas y cerca de un millón y medio de libros
El Día del libro lo eligió la UNESCO para conmemorar la muerte de William Shakespeare y Miguel de Cervantes
Una costumbre nacida en Cataluña y Aragón se ha extendido por España. El 23 de abril se celebra San Jordi y es tradición que se regale un libro a la persona querida y se agradezca el detalle con una rosa.
Lo del libro coincide con la efeméride marcada por la Unesco en 1995. Para conmemorar la muerte de dos grandes escritores, William Shakespeare y Miguel de Cervantes, se eligió esta fecha como Día del libro. Aunque para ser justos, lo de que fuera un día señalado llegó por una propuesta de España y a la UNESCO le pareció bien. Por eso cada 23 de abril millones de personas en todo el mundo celebran el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.
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Pero lo de la rosa es sin embargo fruto de una leyenda y, por ahora, no se ha extendido fuera de nuestras fronteras, aunque si por el resto de España.
La leyenda del dragón
Se cuenta que a las afueras del pueblo de Montblanc (Tarragona) vivía un feroz dragón que tenía atemorizados a todos. Para calmar su furia cada día se elegía por sorteo a uno de los habitantes de la zona que se ofrecía como banquete a la fiera. Hasta que un día la elegida fue la hija del rey de Aragón y, cuando la princesa se encaminaba hacia las fauces del dragón, llegó San Jordi a lomos de su caballo para rescatarla. Con su espada rebanó el cuello de la fiera y de la sangre brotada nació un rosal que se convirtió en el emblema de la hazaña. Por eso en San Jordi se regalan rosas
Este es el cuento que alimenta la tradición, aunque la realidad no es tan literaria. El verdadero San Jordi fue un soldado del ejército romano que, bajo las órdenes del emperador Diocleciano, fue martirizado y asesinado decapitado por negarse a matar cristianos. Murió el 23 de abril del 303, fecha elegida para rendirle homenaje.
En cuanto a las rosas se dice que, a falta de dragón, todo nació de una feria de flores que allá por el siglo XV se celebraba en Barcelona como homenaje a San Jordi, patrón de la ciudad. Ese día los enamorados se regalaban flores y cuando empezó a conmemorarse el Día del libro, se unieron las dos costumbres. Las mujeres regalaban libros y los hombres les correspondían con una rosa.
Sea como fuera, además de las rosas, los pasteleros de ciudad condal suelen hacer caballeros y dragones de chocolate para endulzar el día del patrón. Aunque los verdaderos protagonistas sigen siendo las rosas y los libros. Se calcula que sólo en Cataluña se venderán este día 6 millones de rosas y cerca de un millón y medio de libros, según datos del Ayuntamiento de Barcelona.