La ONU calcula que cada tres segundos nace un nuevo podcast. Así que admito que tardé en escuchar 'La Pija y la Quinqui', pese a que ya seguía a sus autores y al impacto que tuvieron desde el primer programa. Pero, cuando lo hice, entendí el por qué de su éxito. Y es que, si Carlos Peguer (Don Benito, 1999) y Mariang Maturana (Cartagena, 1998) querían darle a su podcast la esencia de un “ve pidiendo dos, tía, que te tengo que contar”, lo han conseguido.
Eso y su poca autocensura (comparados con otros podcasts similares) le da un punto especial a 'La Pija y La Quinqui'. Tiene parte de culpa de que su público no haya parado de crecer, llegando a cerrar temporada por todo lo alto en julio con una invitada como Rosalía, y comenzando su segunda temporada como un podcast exclusivo de Spotify. Nada mal para dos chicas sin talento -como ellas mismas dirían- que hablan en exclusiva para YASSS, aunque esta vez sin cerveza de por medio.
“Yo desde el día uno dije 'esto va a funcionar', veía que había un nicho de mercado en la gente de nuestra edad. A mí me flipa 'Deforme Semanal', pero está más orientado a treintañeros, y no existía ningún podcast zeta, de gente de nuestra edad y para gente de nuestra edad”, nos cuenta Carlos, que tiene una teoría sobre por qué la conexión generacional también la tienen con late millennials. “Somos zeta pero tenemos la vida de un late millennial”.
Se dice que tanto los zeta como ese sector de los millennials-que-casi-no-lo-son comparten el ser una generación perdida, y es curioso porque es justo lo que nos comenta Mariang de ellos dos (“nos noto como generación perdida, como que se nos ha atragantado la juventud, la pandemia nos pilló en la universidad, etc”), además de mencionarnos otro factor implicado en el asunto: “Carlos y yo desde chiquititos nos hemos liado con late millennials, así que hemos aprendido todo lo malo de ellos”.
Pero, ¿Cómo empezó todo esto? “Emma Roberts nos unió”, revela Carlos, “no Emma Roberts de verdad, porque no es nuestra amiga en común, pero era la época de Twitter en que todo el mundo quería ser Emma Roberts. A Mariang y a mí nos gustaban las mismas cosas, y las mismas cosas eran una foto de Emma Roberts fumando en blanco y negro”. Mariang añade que mantuvieron la amistad a distancia unos cinco años, “y ya en Madrid fuimos creando nuestro círculo y nos seguíamos viendo pero con menos frecuencia. Que nos veíamos pero que no éramos siameses como ahora, vaya”.
Esta cronología incluye el covid, pero lo que importa aquí es su covid, porque “el podcast estaba pensado desde hacía tiempo pero nos daba pereza, y al coger el covid y quedarnos encerrados en casa una semana y media ya nos pusimos a ello”, cuenta Mariang, a quien Carlos apostilla “supongo que las pandemias vienen de dos en dos”.
Pero, aunque haya quien lo piense, el podcast no les paga las facturas (de momento). En su día a día, Carlos y Mariang trabajan en una productora para distintos programas de radio, tele, plataformas o incluso marcas de bebida, algo que llevó a Mariang por ejemplo a ser community manager de 'genPlayz' (ambos fueron guionistas del programa) porque “currar en una productora es ser mercenarios de lo audiovisual”, como bien dice ella.
“Teníamos dos trabajos, uno de verdad y otro de mentira, que está empezando a ser de verdad, pero los dos son en la rama audiovisual. Y eso es un paradigma que nosotros no concebíamos, tenemos como modelo a la generación de nuestros padres, y en ellos muy poca gente se dedicaba a eso. Ahora es un mundo que está creciendo y no sabes cómo afrontarlo, cuáles son los referentes... es complicado e inestable. En resumen, trabajar en lo audiovisual es un chocho".
Para empezar, ambos están trabajando en cosas distintas a las que estudiaron, lo que nos lleva al cacareado tema del intrusismo laboral. “Si ahora mismo hubiese empezado a trabajar en algo de Bellas Artes, que es lo que estudié, estaría igual de perdida que cuando empecé a trabajar en esta empresa. La universidad es como un juego de la Nintendo DS de 'Imagina ser' que no tiene nada que ver con la realidad”, cuenta Mariang, antes de invocar el elefante en la habitación: “¿Es intrusismo laboral? Sí, lo siento... pero me da dinero”. “Pues yo no lo siento”, expresa Carlos.
“Ya, ni yo tampoco pero bueno. Creo que es mucho más la experiencia que el titulito. Al fin y al cabo la carrera es un trámite para irte a una ciudad más grande. Yo no puedo decir que lo estoy haciendo igual de bien que si hubiese estudiado Periodismo, porque no lo sé, pero sí te digo que si ahora me pusiese a trabajar en diseño o en artes no tendría ni puta idea, y ahí tengo la carrera recién sacada”, comenta Mariang, “y también te digo, la gente parece que no sabe diferenciar el intrusismo del enchufe. En el intrusismo al fin y al cabo tú has hecho méritos para estar ahí, has demostrado que podías estar ahí. Si eres un enchufado, pues sí, cómete una mierda".
"Pero a nosotros no nos ha enchufado nadie”, explica “Somos intrusos, pero no somos Paco Sanz”, sentencia Carlos, “no te vas a poner a operar a corazón abierto sin la carrera de Medicina, pero para escribir o hacer trabajo creativo, un título es un accesorio. Mira, hace poco hablé con Jimena Marcos y me dijo que Periodismo no le había servido para nada".
Su fama se ha disparado en este 2021 pero, aunque suene a tópico, no es algo que tengan muy presente: “Hubiese sido muy distinto en nuestra etapa universitaria; ahora estamos tan focalizados en pagar el alquiler y en responsabilidades inamovibles que no pensamos en cómo nos está afectando a nivel personal una creciente fama”, relata Mariang, a lo que Carlos añade que la gente que ven en su día a día no son sus potenciales oyentes. “Sí que es verdad que cuando tuve que ir a la universidad la cantidad de dos días, me paró mucha gente. O cuando salgo de fiesta. Ahí es donde está la gente que nos escucha y nos conoce”.
Sí les hace ilusión cuando profesores se les acercan para decirles que sus alumnos hablan de ellos y que ponen podcasts suyos en clase, o cuando, ojo, se trata de psicólogos. “Sí, hay psicólogos que nos dicen que les llegan pacientes hablándoles de nosotros. Hablando mal, supongo, para algo están en el psicólogo. Pero oye, hace ilusión que la gente te tome como referente, aunque sea malo”, se sincera Mariang. “O más que un referente, que se identifiquen. No somos un ejemplo a seguir, somos un ejemplo a no seguir”, puntualiza Carlos.
Aunque desde luego si alguien sabe de fama es su primera entrevistada. Si fliparon cuando Rosalía les empezó a seguir y les dijo que le encantaba el podcast, se cayeron de culo cuando fue ella la que decidió ir. Su charla en 'La Pija y La Quinqui' fue la única entrevista que la Motomami dio durante sus conciertos en España.
“Obviamente tiene un equipo enorme detrás, pero ella tiene potestad para elegir, no le hace falta ir a equis sitio por promoción. Entonces, que le apeteciese venir a nuestro programa... son cosas que no piensas que te vayan a pensar en la vida. Cuando empecé a grabar el podcast no pensé que se fuese a sentar Rosalía en mi cocina”, explica y añade, “Mira, al principio recuerdo hablar con Carlos y que cuando de repente la miraba a ella era como `coño, que es Rosalía´. Pero se nos olvidó muy rápido, la tía lo hace todo muy natural, y al final la conversación es como con una colega del colegio a la que llevas sin ver cinco años... Rosalía es mi prima. Ahora mismo es mi prima. Es una tía totalmente normal”.
Son conscientes de que en ese programa no solo tuvieron a su público de siempre, sino también a una horda de fans y curiosos (y a periodistas muertos de envidia), y quizás por ello es el programa con el que más backlash han recibido: entre las críticas, gente que, por algún motivo, esperaba ver una entrevista sobre matices de producción musical en una charleta con vino.
“Entrevistas hay muchas, si quieres info sobre Rosalía la encuentras en otros sitios, si quieres ver lo nuestro es porque la quieres ver en ese ambiente. No somos 'La Resistencia', pero sí queríamos intentar hacer la conversación que tendrías con Rosalía en un bar... cero intención de ser el referente periodístico de ningún estudiante sobre cómo entrevistar a Rosalía”, explica Mariang.
“Intentar entrevistar a Rosalía sí que hubiese sido ridículo. Hay gente que nos decía que no lo aprovechamos, que deberíamos haberle preguntado esto o lo otro... tío, me encantaría verte a ti enfrente de la persona más famosa de este puto país y sin medios. A ver si lo hubieras hecho mejor, porque sinceramente lo dudo mucho”, dispara Carlos entre risas.
El impacto de esa charla aumentó aún más su fama, dando lugar al titular más maravilloso de este año (“La influencer cartagenera que entrevistó a Rosalía: 'Murcia es más fea que una mierda rebozada'”) y a mil cancelaciones por minuto a medida que los nuevos iban descubriendo perlitas que habían ido soltando en todos los podcasts... sin darse cuenta de que ésa es una de sus bazas.
“Todos decimos cosas problemáticas cuando estamos en la intimidad. Yo no veo problema en decir cosas problemáticas en un grupo de amigos donde sabes que no va a derivar a nada más”, defiende Mariang, “queremos romper esto de ser wokes todo el rato, porque realmente no lo somos, ¡porque nadie lo es! Nadie es así con sus amigos, todos hemos hecho coñas misóginas y coñas homófobas, Carlos y yo nos las hacemos constantemente. También él me ha metido tijera en los vídeos, porque yo me paso bastante”.
“A veces le digo me gustaría que tuis tuits antes de publicarlos me llegaran a mí para poder aprobarlos, yo tengo más capacidad de autocensura en el momento”, bromea Carlos y añade, “además, creo que he averiguado cuáles son las líneas rojas, hay coñas que las hago en privado pero nunca con una cámara delante”.
Porque evidentemente no son siempre inmunes a las oleadas de tuits agresivos (Mariang puede tener el cielo ganado de aguantar a los incels), y en ocasiones les puede la autocensura: “nos está empezando a dar miedo decir cualquier cosa, y eso no nos va a venir bien, porque lo que mola de nosotros es la espontaneidad", sentenció.
"Si empezamos a parar en eso y a cuestionarnos si lo que decimos está bien o está mal... mira, ni está bien ni está mal, es normal, es un pensamiento lógico y empático respecto a la sociedad en la que vivimos”, opina Carlos, “¿Que nos equivocamos? Sí, ya está, es que tampoco está tan mal equivocarse, no vamos a matar a un colectivo por hacer un comentario fuera de lugar que no tiene más trascendencia de la que la gente le quiere dar en redes.”
Una de sus mayores polémicas, exacerbada también por viralizarse a través de clips sin contexto de la entrevista a Rosalía, fue por una posible vergüenza respecto a los acentos de sus lugares de origen, con acusaciones de desprecio a acentos que se alejan del castellano neutro, algo que aprovechan para aclarar.
“Para empezar, yo hablo en homosexual, ése es mi acento”, confiesa Carlos para nuestra sorpresa, “ya en serio, en mi familia nadie tiene acento marcado, y encima al venirme a Madrid a hablar con gente con tantos acentos... joder, si mi mejor amigo es mexicano y me ha pegado el pasado simple. Me parece mucho más demencial fingir que hablas igual independientemente de donde estés y de con quiénes te juntes, porque dudo que sea así”.
A Mariang también le pasa lo mismo al llevar siete años en Madrid, "Veo una frivolidad que todo esto se reduzca al acento. Somos personas que en cualquier podcast hablamos muchísimos de dónde venimos, yo hice mi TFG sobre Cartagena, y no creo que todo haya que minimizarlo a si nos sentimos orgullosos o no de nuestro acento. Yo soy de donde soy, no soy de mi puto acento. Además, creo que lo único que nos une a toda la nación es que Murcia es una mierda, en eso estamos de acuerdo todos, y los que somos de allí hacemos uso de ello. Eso no quita que yo prefiero mil veces más ser de Cartagena que ser de Madrid y que el Mediterráneo mole la hostia, ambas cosas las tengo clarísimas”.
“Y me parece muy tonto otorgarnos una responsabilidad político social. Somos dos personas borrachas, yo vengo aquí a hablar de mis ex y de mi trabajo; ni he pedido ni quiero una responsabilidad social con Extremadura”, añade Carlos.
Mariang está de acuerdo: “que yo sea una chica y él sea un pedazo de maricón no significa que tengamos que reivindicarlo todo el rato. Nosotros simplemente queremos existir y hablar de nuestras cositas de chavalines borrachos que tienen que pagar un alquiler, pero no tengo que sacarme una carrera de Estudios de Género para abrir un podcast por ser una chica. No me he leído un puto libro de Simone de Beauvoir, y me da igual, sigo siendo chica. Puedo hablar de mi experiencia sin haberme sacado ningún máster. Ni ser chica ni ser homosexual es sacarse un grado universitario... ya bastante tenemos con eso. Con tener un grado, me refiero, no con ser tía o gay”.
Nos despedimos con esta adaptación del juego, aprovechando que en esta segunda temporada han empezado a tener invitados como María Escarmiento, Diego de Veintiuno, Laia Manzanares o Natalia Lacunza.
Propuesta: Yurena, Quim Gutiérrez o Yolanda Ramos
Mariang: “Yolanda sería más graciosa de invitada, pero yo invito a Quim Gutiérrez y luego me caso con Quim Gutiérrez. Y me follo a Quim Gutiérrez.”
Propuesta: Ana Mena, Iggy Rubín o Elon Musk
Mariang: “Elon Musk sería más gracioso”
Carlos: “No hombre, Ana Mena, ¿de qué hablamos con Elon Musk? Y a Iggy le tenemos muy visto.”
Propuesta: Ana Iris Simón, Elizabeth Duval o Maite Galdeano
Mariang: “Maite Galdeano, pero yo quiero mucho a Ana Iris”
Propuesta: Najwa Nimri, Tamara Falcó o Alex Turner
Mariang: “ALEX TURNER”
Carlos: “¡No, Tamara!”
Mariang: “Pablo, esto no vale, sabes que yo voy a elegir uno y Carlos el otro, lo sabes perfectamente. Mmm, mira, Alex Turner, y así hablamos de chicos indies.”
Carlos: “Tamara Falcó, y hablamos de Dios. Necesitamos a Dios mucho más que a los indies.”
Mariang: “Sí, la verdad es que chicos indies no necesitamos.”
Propuesta: Sarah Jessica Parker, C Tangana y Guitarricadelafuente
Mariang: “¡Sarah Jessica!”
Carlos: “Sarah Jessica... pero me caso y me follo a Guitarrica.”