La talla de un hombre sujetándose el pene, la representación narrativa más antigua del mundo

  • Arqueólogos han descubierto un relieve tallado en roca en el sureste de Turquía, de 11.000 años de antigüedad, donde un hombre se sujeta el pene

  • El panel tallado, con una altura aproximada de 0,7 a 0,9 metros y una longitud de 3,7 metros, denominado relieves de Sayburç, fue descubierto en Turquía en 2021

  • Según un nuevo estudio publicado en el último número de la revista especializada Antiquity, esta es la escena narrativa más antigua de la que se tiene constancia.

Arqueólogos han descubierto un relieve tallado en roca en el sureste de Turquía, de 11.000 años de antigüedad, en el que aparecen animales amenazadores y dos hombres, uno de los cuales sostiene sus genitales. Según un nuevo estudio publicado en el último número de la revista especializada Antiquity, esta es la escena narrativa más antigua de la que se tiene constancia.

El panel tallado, con una altura aproximada de 0,7 a 0,9 metros y una longitud de 3,7 metros, denominado relieves de Sayburç, fue descubierta en Turquía en 2021 durante la excavación de los restos de una estructura comunal neolítica.

Uno de los períodos más llamativos de la prehistoria del Cercano Oriente es el Neolítico es en el que la humanidad pasó de una existencia migratoria a una vida más sedentaria. El proceso de neolitización trajo consigo cambios sustanciales en el ciclo de la vida cotidiana, las estrategias de subsistencia y la tecnología, pero quizás lo más importante eran las relaciones sociales, que culminaron en una redefinición del lugar de la humanidad en el mundo. El desarrollo de actividades y rituales colectivos, y la construcción de edificios comunales con fuertes elementos simbólicos, fueron fundamentales para promover esta nueva forma de vida, un fenómeno que ha sido ampliamente discutido.

En el Cercano Oriente, la principal evidencia de estos desarrollos son estructuras monumentales distintas, como pilares, junto con representaciones de humanos y animales, costumbres funerarias y ornamentos específicos. Algunos de estos son particularmente impresionantes, especialmente los de sitios como Göbeklitepe y Karahantepe en el distrito de Şanlıurfa en el sureste de Turquí. En 2021 se ha añadido a este corpus el yacimiento de Sayburç. Aquí, se descubrió un relieve en un edificio comunal que muestra una escena que representa humanos y animales. Esta escena tiene la integridad narrativa tanto de un tema como de una historia, en contraste con otras imágenes contemporáneas, y representa la descripción más detallada de una 'historia' neolítica encontrada hasta la fecha en el Cercano Oriente, acercándonos a la gente del Neolítico y su mundo.

Según el arqueólogo Eylem Özdoğan, autor único del estudio, la pieza, en la que se ve que se acentuó en las criaturas salvajes sus partes peligrosas y puntiagudas, como los dientes de los leopardos y los cuernos de los toros, puede revelar información sin precedentes sobre las antiguas comunidades que habitaron la región. 

En concreto, el relieve tallado en la roca muestra dos leopardos, un toro y dos hombres, uno agarrando su falo, representado con una cara redonda, orejas prominentes, ojos saltones y labios grandes, y el otro un cascabel o serpiente.

Mientras que la narrativa está implícita en obras de arte más antiguas –como la pintura de cerdos de 45.000 años de antigüedad hallada en una cueva indonesia en 2020–, el panel de Sayburç recién descubierto parece contar una historia progresiva; sus escenas se relacionan entre sí, como las celdas de una tira de película.

"Estas figuras, grabadas juntas para representar una narración, son los primeros ejemplos conocidos de una escena holística de este tipo", declaró en un comunicado Eylem Özdoğan, autor del trabajo y arqueólogo de la Universidad de Estambul, según cita Art News. "Era una imagen de las historias que formaban la ideología de la gente de aquella época".

Özdoğan explicó a Live Science que "en lugares como Göbekli Tepe y Sayburç, existe un mundo masculino y sus reflejos: animales depredadores masculinos, falos y representaciones masculinas. Las de Sayburç se diferencian en que se representan juntas para formar una escena". Según recoge el medio científico, Jens Notroff, arqueólogo neolítico del Instituto Arqueológico Alemán, que no participó en esta investigación, está de acuerdo en que la obra de arte pretendía transmitir masculinidad.  

"La yuxtaposición de demostrar vitalidad y virilidad –la presentación del falo– por un lado y peligro mortal –depredadores gruñendo con los dientes enseñados– por el otro parece particularmente notable aquí", dijo a Live Science.