No todas las películas consiguen calar y perpetuarse a lo largo de diversas generaciones, pero el incipiente por aquel entonces Rey Midas de Hollywood, el joven barbudo Steven Spielberg conseguiría con “E.T., el extraterrestre” uno de los mejores films no solo de los 80 sino también de la historia del cine.
Spielberg venía ya de conseguir dos grandes éxitos que ya son cine de culto hoy como la icónica “Tiburón”, haciendo que entonces muchos tuvieran miedo a bañarse en el mar, y después “En Busca del Arca Perdida”, inicio de las aventuras de un Indiana Jones que acabaría convertido en mítico personaje, con un Harrison Ford octogenario que recuperará látigo y sombrero en su quinta y última entrega en el verano de 2023.
Pero aquí hemos venido a hablar de extraterrestres, y no uno cualquiera, y es que E.T. ha cumplido nada menos que 40 años, para un film que llegaba a los cines españoles el 6 de diciembre de 1982 siendo referente de la ciencia ficción más familiar cuatro décadas después.
Cine de extraterrestres hay muchos, especialmente de aquellos seres venidos del espacio para tratar de acabar con nuestro mundo, pero E.T. se mostraba como un ser tierno, miedoso, torpe e infantil, tanto como el elenco de niños que acompañaban una historia hecha para disfrutar en familia, aunque de primeras, la idea de Spielberg fuera hacer un film más adulto y oscuro, rozando el terror, idea que acabaría descartando para dar un tono completamente familiar, emocionante, divertido y tierno a su vez, para fortuna de todos.
“Mi casssa, teléfono”
Sigue siendo sin duda una de las frases más famosas de la historia del cine, esa que ilustraba un dedo índice iluminado marcando su “casa”. La figura de E.T. surgía de un amigo imaginario que Spielberg se inventó de pequeño, para tratar de escapar de la soledad, cuya etapa vino marcada por el divorcio de sus padres, y “huyendo” de alguna manera de esa dura realidad para muchos que es ver cómo tus progenitores se separan.
Una producción que resultó todo un éxito entonces y ahora, recuerdo de adultos y jóvenes después, arrasando en taquilla en un año de colas kilométricas (sigue siendo uno de los 100 films de mayor recaudación) y consiguiendo nueve nominaciones a los Oscar en grandes categorías, aunque acabaría llevándose 4 Oscar técnicos y, por supuesto, el de ‘mejor banda sonora’ por la inmensa partitura de John Williams, que seguro aun hoy sigue poniendo los pelos de punta y emocionando a propios y extraños.
El extraterrestre que nos hizo llorar
E.T., el extraterrestre no solo es una de las películas más importantes del cine, marcó también los comienzos de uno de los más grandes directores de Hollywood, cuya imagen de Elliot, interpretado por un jovencísimo Henry Thomas que por entonces tenía poco más de diez años, volando con su bicicleta con E.T. en el canasto y la luna de fondo, acabó convertida en logotipo de Amblin Entertainment, la productora de Spielberg.
E.T. se forjó con la ayuda de un equipo de especialistas en marionetas y varios actores enanos, y aunque para entonces no había los efectos digitales que tenemos hoy en día, y como ya ocurriera con los Gremlins, la expresividad y forma de su protagonista espacial, conseguía esa química con el espectador que, en su desarrollo final, nos llevaba a la lágrima sin remedio.
Henry Thomas se vio acompañado por una niña de seis años, que a muchos de vosotros seguro que os “suena”: Drew Barrymore, haciendo de hermana pequeña del protagonista. Y no solo ella acabaría siendo uno de los rostros conocidos del celuloide, ya que la niña con la que se besa Elliott en clase no era otra que Erika Eleniak, que llegaría a ser una de las conocidas y exitosas “Vigilantes de la playa” de los 90.
Con motivo del 40 aniversario, Drew Barrymore invitó a algunos de los actores del reparto a su programa y contó algo sorprendente: "Creía que E.T. era real… Realmente le amaba de una manera tan profunda…".
La actriz rodó la película creyendo que el bichito extraterrestre era un ser 100% real. No me extraña que la magia traspasase la pantalla. «La primera cosa que recuerdo es que estábamos en el estudio y hacía frío. Tu preguntaste si podías ponerle una bufanda en el cuello para que no se resfriase« dice el actor que interpretó a Elliot.
Cuarenta años después, E.T. continúa siendo uno de los personajes más icónicos del cine, film de ciencia ficción diferente, familiar y emocionante, capaz de pasar de padres a hijos por una propuesta amable y fantástica, cuya imagen de la pandilla de amigos volando en bicicleta sigue siendo para muchos la fantasía eterna. Allí donde te encuentres, felicidades E.T.