La novela Taller de chapa y pintura (Libros Barrett) escrita por las Mestizorras, dúo formado por Amalas y Mississippi, comienza cuando tres amigas se enfrentan verbalmente a un acosador en el metro de Valencia. Un acto cotidiano con el que tienen que lidiar muchas mujeres cada día y que hace que muchas de ellas no se puedan sentir tranquilas en los espacios públicos.
Ante este tipo de situación, las protagonistas del libro se preguntan que por qué no pueden ejercer ellas también la violencia para defenderse. Y deciden pasar a la acción matando a todos aquellos que la han llevado a cabo con ellas o con su círculo cercano. Una respuesta que pone sobre la mesa si esa es la salida para acabar con la violencia machista.
Un tema al que se suman otros muchos como el del aborto, la inmigración, las enfermedades mentales, el FOMO (Fear of missing out) o las redes sociales: asuntos de gran trascendencia para la sociedad actual. Todo ello contado de una manera muy particular, con una banda sonora que hace de hilo conductor, diferentes titulares de periódico que dan veracidad a la ficción que se está narrando, conversaciones de What’sApp incrustadas o una parte escrita como si fuera un documental. En definitiva, un libro que, como dicen las propias autoras a Yasss, han escrito "como les ha dado la gana".
Taller de chapa y pintura comienza cuando un hombre aprovecha el bullicio del metro para arrimarse a una protagonista. Un momento muy recurrente en el transporte público.
Lo que queríamos era mostrar la ansiedad de una de las protagonistas. Un tipo de ansiedad que sentimos las mujeres incluso en lugares súper transitados como el Metro. La diferencia entre ser un tío o una tía en estos espacios, es decir, el proceso mental, muy injusto, por el que tenemos que pasar nosotras. Por eso creíamos que este era un buen punto de partida. Además, se trata de algo que pasa muy a menudo, a lo que estamos muy acostumbradas. Mirar bien por dónde vas, con quién, siempre en defensa. Creo que era un buen pistoletazo de salida para mostrar esa acción cotidiana tan sutil.
A partir de ese enfrentamiento surgen las Mestizorras, quienes ejercerán la violencia para acabar con la violencia machista.
En realidad lo que ellas hacen no es justicia, sino más bien matan a las personas que les dan asco. Son matanzas bastante egoístas que validamos. ¿Por qué dentro de la ficción las mujeres no van a poder ejercer la violencia? Además, son experiencias cercanas que están en boca de todos. Puede ser también que hubieran matado a personas que cazaran animales en el bosque.
Esto que comentáis aparece explicado en el libro. Parece que las mujeres no pueden ejercer la violencia. Y, en el caso de que sucediera, automáticamente se las tacha como personas desequilibradas.
Las tres protagonistas tienen sus cosas personales, pero no están locas ni lo hacen como algo premeditado. Les da la gana ser violentas y hacerlo así.
En cambio los hombres violentos son representados en la ficción como valientes, como héroes. ¿Por qué existe esa doblez?
Hay muchas películas y libros de hombres que ejercen violencia contra otras personas, pero es un tema que pasa a un segundo plano. Que no importa mucho. Pero cuando nosotras hacemos algo así, sí que llama la atención. Incluso nosotras hemos estado intentando mucho tiempo justificarlo. Algo que se debe a que no está normalizado y por eso se nos demoniza. En la novela explicamos que todo esto viene de la religión también. En la Biblia ya se normalizaba. Lo tenemos muy intrínseco todos.
El libro es un collage en el que metéis diferentes elementos. Como por ejemplo recortes de periódicos de vivencias reales que tienen relación con las historias de violaciones que estáis contando en la obra.
La única noticia falsa que hemos incluido es la del final, el resto son todas reales. Los tres casos de violencia machista a los que van las Mestizorras ocurrieron. Nosotras no creemos que la violencia sea la solución o que tengamos que empezar a ser violentas, pero no creemos que se tenga que demonizar a cierta parte de la población si expresan ira. La violencia se ejerce de muchas maneras y la mamamos desde pequeñas. Somos animales que defendemos nuestro territorio y que a los hombres, sobre todo los blancos heteros, se les permite más. Pero cuando lo tenemos el resto de la humanidad nos preguntamos si ha pasado algo. Y, si no, tienes que justificarlo muy bien. También defendemos que el libro es una ficción.
También incluís citas de mujeres célebres que argumentan sobre temas como la violación o la propia violencia. Como la frase de que la excitación fisiológica no significa consentimiento. Con el libro hacéis cierta pedagogía.
Esta frase es del libro El buen sexo mañana de Katherine Angel. Una cita que nos viene muy bien para explicar cómo, cuando se produce una violación, aunque la chica esté humedeciéndose, sigue siendo violación. Parece lógico, pero muchas veces se ha puesto en duda a una mujer por lubricar. Simplemente es una protección para que no le dañe.
Aparte de esto, hay un montón de referencias a músicas y escritoras actuales, que imagino, os habrán motivado a la hora de escribir el libro. Rosalía, Zahara, Cristina Morales y un largo etcétera.
Es lo que nos hemos estado comiendo últimamente. El tema de la música lo hicimos porque, como nos gusta mucho el cine y las series, quisimos incluir una banda sonora. Una idea que cogimos del libro Fóllame de Virgine Despentes. Queríamos que nuestros capítulos fueran títulos de canciones y darle otro significado a las letras gracias al argumento del libro.
Aparte de tratar la violencia sin filtros, también habláis de otros puntos que preocupan en la actualidad como las drogas, el sexo, la depresión, el FOMO, las redes sociales, el aborto y un largo etcétera.
Cada personaje está atravesado por algo que, tanto nosotras como la mayoría de la gente, está sufriendo. Todo eso que nombras está muy presente en la actualidad. Con lo que respecta al FOMO, la idea era criticar a una influencer. Nos cuestionábamos por qué no matábamos a mujeres. A nosotras nos dan mucha vergüenza este tipo de perfiles que hacen mucho daño a la sociedad en cuanto al tema de la belleza, el egocentrismo, la vida falsa, la meritocracia...
Habéis dicho antes que la violencia lleva a más violencia. Entonces, ¿Qué otras posibilidades hay para cambiar el sistema?
Lo primero es querer que cambie. Pero es algo que está tan dentro, tan de raíz, que incluso en la novela una protagonista dice que sus actos no son más que un taller de chapa y pintura. Que da igual lo que haga porque la raíz está podrida. Para nosotras, como maestras, la solución está en la educación. Creemos que hay que invertir en esta área, pero la educación y el capitalismo no van de la mano. Por eso no interesa.