Coordinadoras de intimidad en el cine: "Vigilamos el contacto genital, la desnudez y cómo se tocan los actores"

  • Un coordinador intermedia entre los actores, directores y productores sobre cómo afrontar una escena íntima

  • La pionera en crear este trabajo fue la británica Ita O’Brien, quien ya en 2014 publicó una guía explicando cómo actuar

  • En España hace poco que se ha empezado a emplear en los rodajes de series y películas

María Schneider tenía 19 años cuando rodó Último tango en París y, según explicó después, era virgen. Pero nadie lo tuvo en cuenta. El director, Bernardo Bertolucci, y el actor Marlon Brando, acordaron usar mantequilla como lubricante en una famosa escena de sexo anal. Y no se lo dijeron buscando su reacción. Ella contó más tarde que desde entonces quedó traumatizada y que sus lágrimas en la escena eran reales.

Para evitar que hoy en día pase algo así en un rodaje hace unos años nació la figura del coordinador de intimidad. Una persona que intermedia entre los actores, directores y productores para abordar juntos cómo afrontar una escena incómoda.

La pionera en crear este trabajo fue la británica Ita O’Brien, quien ya en 2014 publicó una guía titulada Intimacy On Set Guidelines, una hoja de ruta que empezó a ser de obligado cumplimiento tras el caso de  Harvey Weinstein en 2017 y el auge del movimiento Me Too.

Y aunque en Estados Unidos no hay rodaje sin coordinador de intimidad, en España hace poco que se han empezado a utilizar. Hace un año, conocedoras de esta necesidad, las actrices Tábata Cerezo y Lucía Delgado (tras hacer un curso de formación con Netflix) dieron un paso al frente y fundaron IntimAct. Desde entonces no han parado de trabajar.

"Somos las primeras coordinadoras de intimidad certificadas oficialmente trabajando en castellano y en España", cuenta a NIUS Lucía Delgado.

Pregunta: Ambas sois actrices, ¿qué os impulsó a asumir el papel de coordinadora de intimidad y montar IntimAct?

Respuesta: En 2021 fuimos seleccionadas para participar en Grow & Creative, un programa internacional de Coordinadores de Intimidad que impulso Netflix con fondos europeos y que impartía la empresa especializada Safe Set. Era un curso para formar coordinadores en Europa, Brasil e India. Tras terminarlo montamos nuestro proyecto.

P. Explíquenos. ¿Cómo se forma una coordinadora de intimidad?.

R. Es un curso donde no se estudia un solo tema, se abarcan muchas áreas distintas, que van desde saber cómo funciona un set de rodaje, cómo se pueden hacer coreografías, trabajamos el consentimiento, primeros auxilios. Tocamos todas las áreas porque un coordinador de intimidad se tiene que coordinar con todos, con vestuario, con el director, con producción, con los actores. No somos ni abogados ni psiquiatras pero tenemos que tener algunos conocimientos de estas áreas porque necesitamos aprender a gestionar lo que implican ese tipo de escenas y a manejar toda la documentación que se genera.

P. ¿En qué consiste exactamente vuestro trabajo?

R. Es similar a un coordinador de acción, que es un trabajo que todo el mundo entiende. Solo que de lo que nos ocupamos es de la protección de los actores a nivel físico, emocional y psicológico.

P. ¿En qué sentido?

R. Pues por ejemplo, a nivel físico tratamos de que nunca haya contacto genital directo durante el rodaje. Y a nivel emocional y psicológico tratamos de evitar situaciones incómodas. Entendemos que en las escenas donde ponen a los actores en lugares vulnerables necesitan cierto apoyo. Trabajamos el consentimiento del entorno laboral por niveles de desnudez, y la representación en pantalla de los compañeros implicados en la escena intima. Es decir, dónde se pueden tocar, de qué manera. Hay que pactarlo todo para que quede todo muy claro y que nadie se sienta incómodo.

P. Un pacto entre dirección, guionista y actores.

R. Sobre todo, con los directores, y si es una serie con los showrunnes (coordinadores del guion) y dirección ejecutiva. Al principio pensaban que éramos los policías del set, y para nada, no esa nuestra intención.

P. Quiere decir que en un primer momento su figura despertaba recelo.

R. Al principio siempre hay cierto recelo, pero por desconocimiento. Nosotras éramos conscientes de que esto podía pasar así que hicimos primero una labor de divulgación. Lo que hacemos es hablar con quien nos quiera escuchar para explicar cómo se puede asumir una escena sin que sea incómoda.

P. Maribel Verdú ha contado en una reciente entrevista que a ella le hubiera venido muy bien al inicio de su carrera una figura como la que ejercéis para no sentirse intimidada en los rodajes.

R. La figura de la coordinadora de intimidad hace mucho por la protección de los artistas, lo que no se puede hacer es obligar a un actor o actriz a hacer algo que no quiere hacer, que nadie rebase sus límites. Muchas veces el no saber, la incertidumbre de como ocurrirán las cosas, interfiere en la capacidad para actuar. Por eso además de hablar con ellos, planeamos una coreografía para esa secuencia que le incomoda, por ejemplo.

Lo primero por tanto es estudiar el guion pensando cómo conseguir que las escenas incómodas no lo sean tanto. Planteando coreografías que funcionen en cámara pero que no impliquen necesariamente contacto estrecho. Además recurren a ropa interior color carne para simular desnudez, colocan cojines situados estratégicamente entre los actores para que no haya contacto genital. Distribuyen caramelos de menta o elixir bucal para evitar halitosis en los besos. Trucos que funcionan en cámara y que relajan el ambiente de trabajo.

"A mi me parece muy interesante. Me hubiera encantado contar con una figura así en alguno de mis rodajes. Yo he trabajado con actores muy jóvenes, como lo era Mario Casas y Maxi Iglesias en Mentiras y Gordas (2009) y me hubiera venido muy bien para ayudarnos a afrontar el rodaje y quitarnos presión", comenta el director de cine Alfonso Albacete.

Como él son muchos los directores que agradecen que les ayuden a plantear las escenas de sexo o que requieren cierta desnudez emocional.

"Logramos evitar conversaciones que son incomodas. Los directores son conscientes de cuál es su rol sobre los actores, que les imponen y no saben, hasta que punto, les presiona lo que les piden. Por eso se relajan cuando ven que alguien ha tenido unas conversaciones con ellos previamente y se ha afrontado el tema", explica Lucía Delgado.

A veces basta con plantear la escena antes y prepararla para llegar a un acuerdo de qué movimientos hacer o cómo rodarlo para reflejar la ilusión de una escena de sexo que no está pasando en realidad. En otras ocasiones hay además que supervisar el rodaje para que todo vaya según lo pactado.

"En Instinto Básico engañaron a Sharon Stone. Le dijeron que no se pusiera braguitas porque reflejaba la luz en el plano, pero que no se preocupara que no se iba a ver nada. En el pase final ella se enteró de que en esa escena del interrogatorio se veían claramente sus genitales. Eso nunca hubiera pasado con un coordinador de intimidad en la película", aclara Lucía Delgado.

P. Se comenta que Kubrick obligó a Shelley Duvall a rodar 127 veces la misma escena de El resplandor. ¿El trabajo del coordinador de intimidad es también vigilar que no se abuse emocionalmente de los actores?

R. Nuestro trabajo es anticiparnos, evitar que nada explote en set.

Y quizá por eso no paran de trabajar. En lo que llevamos de año han colaborado en 15 series de ficción. Asesorando y acompañando a los actores antes y durante el rodaje.

"Hay tantas series con escenas intimas que empezaba a haber una necesidad muy clara de que alguien estuviera pendiente. Alguien que tuviera las conversaciones al respecto que hay que tener, que se ocupara de la seguridad pero también que a nivel creativo. Podemos enfocar el clásico edredoning de otra manera. Es lo que hemos conseguido por ejemplo en Élite, una de las series en las que hemos trabajado.", aclara Delgado.

P. Pero hay quien dice que se pierde espontaneidad si todo está coreografiado.

R. Son actores, actúan en base a un guion, no hay espontaneidad. Además de que su trabajo es actuar, es decir fingir, y son muy capaces de hacerlo pero no tienen por qué sentirse incómodos con lo que hacen.

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