Espeluznantes disfraces, sustos que cortan la respiración, edificios decorados de tal modo que más de uno se pensaría dos veces si poner un pie en su interior… La esperada fiesta de Halloween cada vez se vive con mayor emoción en múltiples puntos del mundo y buena prueba de ello es que cada año crece la ambición por superarse en aquello de convertir la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre en la más terrorífica del año.
Desde Estados Unidos, donde se realizan celebraciones de lo más variopintas, –como por ejemplo la del mítico Halloween de Village, que este año ha abordado su 49 edición, pasando también por la propia Casa Blanca, que se abre para jugar a ‘truco o trato’ con los niños–, hasta múltiples rincones del planeta. Halloween se ha convertido en una de las fiestas más populares del mundo y cuenta con variantes que no dejan de generar expectación como las famosas ‘Catrinas’ mexicanas.
Si de pasar miedo se trata, no hay lugar más simbólico que el castillo del conde Drácula en Transilvania, o el de Frankenstein en Alemania, con 3.000 metros cuadrados de horror preparados para escapar de brujas, zombies y monstruos varios.
La batalla por el disfraz más terrorífico la han librado hasta las mascotas, desde Lima hasta Manila, donde distintos animales ‘se han unido’ a las celebraciones.
El premio a la fiesta más aburrida, por su parte, se la lleva el Disneyland chino de Shanghái, donde miles de turistas pasaron 10 horas encerrados para hacerse la prueba del covid tras un brote inesperado.
Pese al ambiente festivo, no todo lo que rodea a Halloween acaba siempre de la mejor manera. Desde España a otros rincones del mundo, también en estas fiestas en las que se aglutinan gran cantidad de personas y festejos a menudo se producen incidentes y altercados. El más dramático y terrible ha sucedido en Seúl, donde más de 150 personas han muerto tras una estampida.