Veronika Rajek, modelo, ha afirmado que su cuerpo es “demasiado peligroso” para Internet, donde la gente ha tenido reacciones violentas por su aspecto “naturalmente perfecto”. Asegura que la gente está "celosa" de su cuerpo, todo natural, y eso le está haciendo perder contratos y trabajos.
“Mi cuerpo se considera un peligro en las redes sociales y los trolls me cancelan constantemente por no hacer absolutamente nada más que compartir fotos de mi cuerpo”, dijo Veronika Rajek, que ha trabajado como modelo desde que tenía 14 años, según declaraciones de las que se hace eco Infobae.
La influencer eslovaca, de 26 años, ha dicho que su figura perfecta y su buena apariencia hacen que las personas se muestren “celosas” en las redes sociales y que ella termine sintiendo “vergüenza corporal”.
“En estos días, ves muchas mujeres con sobrepeso o incluso obesas en línea, hablando sobre la positividad corporal, pero cuando una mujer hermosa y alta quiere ser positiva en su propia piel, la gente quiere atacarme y llamarme privilegiada”, afirma.
“Simplemente están celosos de mi cuerpo natural”, ha declarado la joven. “Algunas personas incluso están reportando mi cuenta de Instagram porque están ofendidos por mi apariencia delgada y estoy perdiendo dinero y trabajo por eso”.
Rajek afirma que no comparte “nada con clasificación X o controvertido” y que solo quiere “mostrar a mí misma y mi cuerpo” en un intento de promover también la “positividad corporal”.
“No entiendo por qué mi versión de la positividad corporal es incorrecta”, dijo. “Yo soy una modelo; ¿No se supone que las modelos son sexy?”.
Rajek insiste en que su cuerpo es “demasiado hermoso” de forma natural. Es más, ha pagado un examen de senos para mostrarles a sus seguidores que no está operada. “La gente quiere castigarme por mi éxito, pero todo en mí es natural”.
“Vine de un país pobre y tuve que trabajar duro para estar donde estoy hoy”. Es más, asegura que sufrió burlas de niña. “A menudo me llamaban con nombres crueles, como jirafa”, debido a su altura y pecho plano.
A pesar de sus lamentos, la modelo, que ahora viaja entre Austria y los EEUU, cuenta con dos millones de seguidores en Instagram.