Al 2000 le debemos el descubrimiento de ‘Operación Triunfo’, uno de los mejores talent musicales del país, y también el nacimiento de Manuel Turizo que, a pesar de competir con verdaderos hits veraniegos como el ‘Quédate’ de Quevedo o la ‘Despechá’ de Rosalía, ha conseguido enamorar a todo el mundo en 2022 a ritmo de bachata. Y es que así, tal cual, es como nos recibe en el ático de un hotel de lujo en el centro de Madrid: con una sonrisa que encandila, movimientos de cadera aquí y allá y un sinfín de mensajes que invitan a reflexionar.
El intérprete de ‘Una lady como tú’, al que ya vimos de cerca durante la celebración del CCME, lleva varias semanas en España atendiendo a fans, medios de comunicación y aprovechando para hacer contactos y alcanzar los sueños que aún le quedan por cumplir (colaborar con Pablo Alborán o Alejandro Sanz, entre ellos). Cualquiera pensaría que después de tantas entrevistas poco más le queda por decir, pero el de ‘La nota’ siente tanta pasión por su trabajo que parece que no va a dejar escapar ni una sola oportunidad: “Soy muy ansioso y no descanso hasta cumplir mis sueños”, asegura.
Turizo nació en Montería (Colombia) y en una familia que, aunque no le dio lujos, trabajó duro para que “nunca le faltase un plato de comida”. De hecho, según cuenta mirando a cámara y con tono sincero y de nostalgia, el artista que ahora llena estadios tuvo que vender falsificaciones de ropa de grandes marcas durante su adolescencia para conseguir ahorros y poder dedicarse al único plan que tenía: la música.
-22 años y ya sabes lo que es el éxito. ¿El triunfo ha cambiado al Manuel Turizo que compartía una habitación más pequeña que esta en la que estamos realizando la entrevista?
Sí, claro que me ha cambiado. Aunque intento mantenerme fiel en esencia, en aquello que aprendí en mi círculo y en mi casa, sí que me convertí en una persona más segura y trabajadora. Tengo las metas claras y trabajo para conseguirlas. A mis 22 años soy muy organizado.
-¿Y te ha vuelto ególatra?
Está claro que el éxito vuelve ególatras a muchos artistas y, aunque no soy el ‘niñito de oro’ del que todo el mundo piensa cosas buenas y cae bien, intento no ser así. El triunfo es una bendición que nos regala la vida, simplemente soy una persona más en el mundo que intenta cumplir sus sueños y salir adelante.
Obviamente, a veces puedo tener comportamientos negativos o soberbios. Por eso, considero que es importante rodearme de personas de confianza que me digan que ciertas actitudes no son correctas, me corrijan y generen tranquilidad.
-Sabemos cómo se compuso ‘La bachata’ pero ¿cuál fue la historia que la inspiró?
Mis letras nacen de cosas que me han pasado y no necesariamente del momento en sí, gracias a Dios ahora mismo estoy súper bien, no estoy despechado. Claro que me han puesto los cuernos y me han dejado…
-Entonces, ¿tienes una cuenta secreta de Instagram desde la que stalkeas a la gente?
No tengo un segundo Instagram, pero sí que le pido el móvil a mis amigos para ‘chequear’ lo que me interesa.
-Sé sincero: después de semejante boom como ‘La bachata’, ¿uno llega a hartarse de sus propios temazos?
La mayoría de las veces sí. Sin embargo, con esta canción me pasa algo muy curioso: antes de publicarla, la grabé ocho meses atrás y la escuché mucho, pero la sigo disfrutando incluso cuando voy en el coche.
Sí que es verdad que es normal que un cantante se harte de sus propias composiciones porque cuando sale del estudio se trilla tanto para analizar los cambios, masterizarla, grabar el vídeo, repasarla… Sí que satura.
-¿Te preocupa haber dejado el listón muy alto y no alcanzar otro éxito igual?
En realidad, no. Por suerte, con todos los hits que he tenido en mi carrera siempre surge esa pregunta, pero uno no puede sentirse presionado por las bendiciones que le llega en la vida. Claro que unas canciones serán más grandes que otras, pero uno tiene que concentrarse y trabajar bien duro.
Se tiene que trabajar con cariño y claro que hay techos que se quiere sobrepasar, pero alcanzar un éxito es emocionante porque te hace trabajar duro para alcanzar uno nuevo.
-Por ahora solo has subido al escenario a mujeres, ¿cuándo subirás a un hombre para bailar una bachata contigo?
Tengo que subirlo, ‘brother’. Tengo que subirlo, claro que sí.
En realidad, lo de subir a chicas al escenario para bailar ocurrió muy orgánicamente. La primera vez fue en Ecuador: había una niña con un cartel grandísimo que ponía “súbeme al escenario para bailar ‘La bachata’” y flui durante el show. Desde ese momento en todos los conciertos veo a niñas con carteles, pero a ningún hombre con uno. Entonces, escojo entre las niñas con cartel o el que más risa me dé, como el que vi en el Coca Cola Music Experience que decía “piedra, papel o tijera y si pierdes subo a bailar contigo”.
Solo fluyo…
-Cero problemas en subir a un hombre al escenario para bailar contigo, ¿no?
Cero. Ningún problema.
-¿Qué cosas te quitan el sueño? ¿Qué te preocupa?
Precisamente mis sueños es lo que más me quita el sueño. Soy una persona que piensa mucho en ellos y muy ansioso. También soy entusiasta, cuando se me mete algo en la cabeza no descanso hasta que suceda. Que mi familia y mi equipo estén bien me preocupa.
Las personas hipócritas me molestan, me quitan la energía. El fascismo y las faltas de respeto en general también…
-¿Qué le dirías a Manuel Turizo de los 2000?
Básicamente nada. Todo lo que me ha ocurrido en la vida me ha enseñado algo y el camino así es perfecto en realidad. Me siento en el lugar que tengo que estar en la vida y si le digo algo al Manuel Turizo de los 2000 tal vez no estaría aquí hoy en día.