Dos investigadoras españolas resuelven el misterio del color violeta en la Alhambra
Se debe a un proceso electroquímico que ha dado lugar a la formación de nanoesferas de oro
El color se puede apreciar gracias al yeso con que trataron de restaurar los monumentos en el siglo XIX
Sus investigaciones se han publicado en un artículo en la revista Science Advances
El yeso que se puso en el siglo XIX en La Alhambra fue fundamental para mostrar el misterio y la tenacidad Carolina Cardel e Isabel Guerra para resolverlo. Las dos investigadoras de la Universidad de Granada han descubierto porqué el dorado de las yeserías de La Alhambra (en los palacios de Pomares y de los Leones) se está volviendo púrpura.
Un cambio de color que, Cardell como geóloga y Guerra como experta en microscopia, apreciaron hace unos 30 años, pero que, aunque ya entonces despertó su curiosidad, no han podido resolver hasta ahora.
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Una vez que "se alienaron los astros" técnicos, laborales y personales encontraron al culpable y, lo que es más importante, el motivo del cambio del color.
El responsable es un proceso electroquímico que ha dado lugar a la formación de nanoesferas de oro de un tamaño de 70 nanometros.
En NIUS hemos hablado con la profesora Carolina Cardell para que nos explique paso a paso cómo se produce este proceso electroquímico y cómo fue esa labor detectivesca que les ha llevado a resolver el enigma
Pregunta: Acaban de publicar un artículo donde revelan qué está pasando para que el oro cambie de color en La Alhambra, nos pueden contar cómo lo han logrado.
R: Empezamos a investigar la composición de la pintura de las policromías de la Alhambra hace casi 30 años. En ese momento vimos que efectivamente existía en la superficie de las yeserías de los palacios de Pomares y en el Palacio de los Leones, un color violeta que no correspondía con una aplicación deliberada. El tipo de decorado en las yeserías consiste en la aplicación una lámina de oro muy fina sobre una hoja de estaño más gruesa.
P: Pero algo estaba alterando su color porque en determinadas zonas lo que se ve son manchas oscuras, grisáceas y lo que es más sorprendente, hay zonas púrpuras o violeta junto al dorado.
R. Eso es, en 2006 publicamos como es la estructura de ese dorado, que era una capa de oro muy fina sobre una capa de estaño y todo eso recubierto por una capa de yeso. Vimos el color violeta pero no sabíamos que lo producía, de dónde venía y que producía ese proceso.
P. Y decidieron averiguarlo.
R. Entonces no existían las técnicas microscópicas de ahora, además de que teníamos otras responsabilidades profesionales y familiares. Pero cuando todos los astros se alinearon pudimos averiguarlo.
P. Y ¿Qué fue lo que descubrieron.?
R: La universidad adquirió hace unos diez años unos microscopios electrónicos de alta resolución que nos permitió estudiar todo eso con mayor precisión, así pudimos descubrir que ese color violeta se debe a la formación de nanoesferas de oro de un tamaño de 70 nanómetros. Es el tamaño que proporciona este color violeta.
P. Y como se produjo este fenómeno, ¿fue de una forma espontánea en la naturaleza?
R. El mecanismo fue más difícil de descifrar que saber qué lo había provocado. El disolvente universal del oro es el agua regia, esto es una mezcla de ácido nítrico concentrado y acido clorhídrico concentrado. A nadie se le ocurre echar agua regia sobre el yeso, teníamos que saber qué mecanismo había actuado de forma natural en estos dorados para provocar ese color. Apreciamos que las zonas que tenían ese color están en semi expuestas a la intemperie donde hay humedad y además se ven afectadas por la atmosfera de Granada, que es rica en aerosoles marinos, concretamente en cloruros porque la ciudad está cerca del Mediterráneo.
P. Es decir que la humedad del aire y otros factores naturales han tenido que ver.
R. No es tan sencillo. Cuando obtuvimos imágenes con los microscópicos ópticos y electrónicos vimos que se habían formado huecos entre la lámina de oro y el estaño en forma de cráter. Cuando el dorado se hace bruñendo sobre la hoja de estaño suelen producirse imperfecciones o huecos, y esos huequecitos son los canales por donde accede el agua con los cloruros a la hoja de estaño. Así que lo primero que se corroe es el estaño. Al oro no le pasa nada en un primer momento, pero cuando se corroe el estaño se forman óxidos de estaño y estos salen por esos huequecitos en forma de cráter y se depositan en la superficie de la lámina de oro. No forman una capa continua sino irregular, en una parte hay un depósito de óxido. Esta deposición de "suciedad" sobre la lámina de oro favoreció la disolución del oro.
P. Se refiere a que la corrosión y los factores externos favoreció esa disolución del oro.
R. Es una combinación de procesos electroquímicos de corrosión. Para entendernos, esto es como una pila galvanizada, el elemento menos noble es el estaño, el mas noble es el oro que no se altera. Pero con una solución rica en cloruro se produce una corrosión electroquímica. El estaño se introduce por esos canalitos, pero el oro se encuentra con zonas donde tiene estaño y otras donde no. Esto disuelve el oro que tiene encima zonas con oxigeno y otras sin oxigeno, lo que provoca el proceso electroquímico de corrosión.
P. Y ¿así se producen las nanoesferas que dan lugar al color púrpura?
R. El oro cuando está disuelto quiere volver a su estado metálico enseguida, así que precipita en la forma más estable que son esferas. Se forman por tanto nanosferas que con un de un tamaño de 70 nanometros da ese color violeta o púrpura.
P. Su investigación se acaba de publicar en la prestigiosa revista Science Advances, ¿por qué es importante?
R. Es importante por varias elementos, por un lado se avanza en la investigación científica sobre procesos de ataque del oro, por otra ayuda a los restauradores a saber qué está pasando para que puedan intervenir estas yeserías deterioradas.
P. Imagino que habrá además otros monumentos por el mundo donde esté ocurriendo algo similar.
R. Aquí lo hemos podido ver porque en el siglo XIX en La Alhambra, para restaurar de algún modo el deterioro que se estaba apreciando, se decidió aplicar una capa de yeso de color blanco y esa capa ha sido decisiva para mostrarnos lo que estaba pasando.
Un yeso que hoy en día probablemente ningún restaurador aprobaría poner en el monumento pero que ha servido de algún modo como papel revelador para el violeta permitiéndole destacar.
"En su momento fue una solución válida y nos ha permitido descifrar el secreto que ahora revelamos", confiesa la investigadora que deja ahora a los expertos en restauración el valor de su hallazgo.
"Hemos descubierto qué pasa y porqué, ahora les corresponde a otros decidir qué hacer con la información que les damos".