Hace 30 años la supermodelo Kate Moss formó parte de la campaña que le ayudó a despegar en su carrera profesional. Fue en 1992, con tan solo 17 años, cuando Calvin Klein la fichó por su naturalidad y su rostro angelical. Una campaña que dio la vuelta al mundo y que ahora quiere continuar su hija, Lila Moss, para convertirse en otro gran icono de la moda.
Dicen que es el vivo retrato de su madre, parece que fue ayer cuando le daba la mano a mamá en su boda, la pequeña dama ha crecido haciéndole honor a su famoso apellido, Lila Moss con 19 lleva ya tres años de oficio.
Ser la hija de la top más top le ha abierto las puertas de par en par, ha desfilado con los mejores, pero no puede evitar las constantes comparaciones que como saben siempre son odiosas.
Está siguiendo los pasos de su madre, en el mejor sentido, ninguna noticia de excesos o escándalos, la chica parece que tiene los pies en la tierra. Por ahora sólo ha heredado esa facilidad por hacer fortuna y encadenar contratos millonarios, el último, la nueva campaña de Calvin Klein, esa que hace 30 años convirtió a la niña Kate Moss en una de las modelos más cotizadas.