'The Orville', la parodia de Star Trek que entra de lleno en la guerra cultural del siglo XXI
La serie de ciencia ficción entra de lleno en todas las polémicas de la guerra cultural que se libra en Occidente
Creada por Seth Macfarlane acaba de finalizar su tercera temporada en Disney+
Bajo un prisma de ciencia ficción aborda temas como el machismo, el transactivismo, el integrismo religioso o el populismo
Dicen los que saben de estas cosas que la ciencia ficción no habla del futuro, sino del presente. Las historias que nos plantea este género narrativo son proyecciones de nosotros mismos: de nuestros problemas, nuestros anhelos, nuestros sueños, prejuicios y miedos. Lo entendió a la perfección en los años 60' del pasado siglo el creador de la 'Star Trek' original, Gene Roddenberry, cuya nave de exploración "donde ningún hombre ha llegado jamás" presentaba una tripulación mixta y multicultural para un público estadounidense inmerso en las luchas por los derechos civiles, los primeros pasos hacia una igualdad efectiva entre hombres y mujeres y aterrorizados ante la posibilidad de un holocausto nuclear si llegaba a calentarse la guerra fría.
Los guiones de aquella primera 'Star trek' no estaban exentos de los clichés de su tiempo: el rudo y aguerrido capitán capaz de seducir a toda mujer alienígena - todas ellas atractivas -, o el papel más que secundario de las mujeres en el puente. Allí estaba la teniente Uhura, aunque no pasara de ser poco más que una telefonista a pesar de su rango de oficial.
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Aquellos reflejos de una sociedad más machista y más racista que la actual permeaban a Star Trek. Sin embargo, lo que es innegable es que aquella serie trataba de cambiar las cosas y proyectaba la imagen de una sociedad mejor. Uhura era la telefonista pero era una mujer afroamericana en el puente de una nave estelar con rango de teniente, Chejov era un oficial ruso y Spock un alienígena. Y la serie supo meter el dedo en la llaga de muchos los conflictos sociales y políticos de su época.
La franquicia 'Star Trek' tiene más de medio siglo de historia y una infinidad de 'spin off' y productos relacionados: series, películas, cómics, novelas... pero quizá sea 'The Orville', la serie creada por Seth Macfarlane en 2017 como una suerte de parodia de 'Star Trek', la que mejor ha recogido aquel espíritu de la original en cuanto a su vocación por señalar los problemas y los conflictos de la actualidad para que nos miremos en un espejo que sea capaz de devolvernos una imagen mejor de nosotros mismos, más tolerante y más justa.
El proyecto de un fan hecho para los fans
'The Orville' nació como el proyecto de un absoluto fan del 'Star Trek' original como lo es Seth Macfarlane, conocido principalmente por ser el responsable de la serie de animación para adultos 'Padre de familia', pero que también está involucrado en otros proyectos muy alejados de aquel como el 'remake' de la serie 'Cosmos' de Carl Sagan que recientemente protagonizó el astrofísico Neil deGrasse Tyson.
Macfarlane se reservó para sí mismo el rol de interpretar al capitán de la nave 'Orville', Ed Mercer, pero el show es una historia coral que profundiza en sus personajes y que los utiliza para meterse de lleno en todos los charcos posibles de la llamada 'guerra cultural' que estamos viviendo en esta segunda década del siglo XXI. Las tramas de la serie usan la acción y la ciencia ficción para reflexionar sobre el machismo, el integrismo religioso, los derechos sociales, el populismo político, las 'fake news' o el transactivismo. 'The Orville' no deja ningún tema sin tratar. Sus planteamientos son imaginativos, son sencillos, pero no solo se presentan o sirven como un 'Macguffin', se debaten, con sus pros, sus contras y sus diferentes puntos de vista. Se habla mucho en 'The Orville' y lo que se dice invita a la reflexión.
El humor está presente, por supuesto. Los chistes no abundan, pero los hay y son divertidos. Sin embargo, con el paso de las temporadas, la comedia ha ido cediendo terreno ante el drama social de ciencia ficción. Esto se ha hecho mucho más evidente durante la última temporada en la que la serie ha pasado a ser producida por Disney tras las compra de Fox para ser emitida en el canal Hulu en Estados Unidos y en Disney+ en España.
Con el cambio de productora se ha notado un evidente aumento de presupuesto que se nota en la calidad de la producción y de los efectos especiales. También en la duración de los capítulos y en la vocación por darle a las historias el tiempo que merecen. Mención especial merece la de Topa, una alienígena nacida en una sociedad compuesta solo por hombres y en la que la ley obliga a practicar un cambio de sexo a todas las hembras de su especie nada más nacer.
La de Topa es tan solo un ejemplo de los temas en los que 'The Orville' profundiza. Lo hace con un tono luminoso y con humor, pero con seriedad y sus dosis de drama cuando es necesario. Como la 'Star Trek' original, 'The Orville' habla de una humanidad del futuro: más avanzada, más igualitaria y más próspera pero en la que seguimos viviendo nosotros, con todas nuestras virtudes y también todos nuestros defectos.