Natalia Lacunza dice que si supiera la relevancia que tienen sus palabras una vez salen por su boca se callaría la mitad de las cosas que comenta, pero se arrepiente al segundo de haberlo dicho porque es consciente de que su mensaje cala tanto en las personas que la siguen como en los que aún están por conocer su música.
Ahora que está viviendo uno de sus momentos más felices, ya que acaba de publicar su nuevo trabajo ‘Tiene que ser para mí’, lo ha petado en la presentación del mismo en pleno centro de Madrid y le espera un verano por delante lleno de actuaciones y festivales bajo un sol de justicia, la intérprete de ‘Cuestión de suerte’ no puede evitar transmitir la emoción que siente al compartir el resultado de un trabajo al que ha dedicado mucho tiempo y el cual no sería posible sin el que, según ella, es su mayor logro: las talentosísimas chicas que conforman su banda.
De ellas, por cierto, asegura que en ningún momento fue una decisión política. Más bien le apetecía dar la oportunidad a jóvenes y auténticas profesionales de la música en un mundo mayoritariamente masculino y de avanzada edad.
Y es que Lacunza forma parte de una generación de cantantes que ya no se callan y ponen sus derechos, ideales y opinión por delante sin importarles muy poco lo que piense el público, pero sobre todo sus propios jefes. Aprovechando el mes del Orgullo, quisimos reflexionar con ella sobre la posibilidad de que se acote el público al que se llega si un artista visibiliza su verdadera orientación sexual y ella no lo puede tener más claro: “Lo triste es que esto sí que pasa”.
A pesar de ello, Natalia seguirá cantando a “sus gais y lesbianas”, como ella misma dice, y por supuesto que antepondrá sus derechos ante los números de reproducciones o venta de entradas. Solo así conseguiremos avanzar.
Además de reflexionar sobre su vida personal (de la que asegura que su mayor error es “haberse liado con un cenicero” y puedes sacar tus propias conclusiones viendo el vídeo de la entrevista íntegra que abre esta noticia), nos dio tiempo a abordar su polémica más sonada desde que se dio a conocer hace ya tres años al salir de Operación Triunfo: Eurovisión y el actual Benidorm Fest. “No quería ir porque no había nacido como artista, ahora sí”, asegura.
Natalia Lacunza tiene las cosas claras y ojalá nunca consigan callarla, siga cantando, defendiendo su personalidad tan característica y visibilizando sus derechos y los de todos nosotros.