Bajo un sol sofocante y en plena ola de calor, cientos de personas hicieron cola este sábado desde primera hora para ser los primeros en entrar al concierto que Manuel Carrasco ofrecía en La Cartuja de Sevilla. Los Bomberos de la capital hispalense tuvieron que regar literalmente al público para ayudarlos a aguantar la travesía en el desierto hasta la hora del espectáculo y valió la pena.
Carrasco se entregó en cuerpo y alma a la gente sobre un escenario futurista. Un concierto multitudinario, con asistencia de récord, que estuvo repleto de emociones.
Dos minutos faltaban para las diez y media cuando Manuel hizo el recorrido desde el escenario, a través de una pasarela que se internaba entre el público de la pista, hasta una plataforma, a unos treinta metros más allá, donde le esperaban un piano y una banqueta, y allí comenzó la magia.
Para los seguidores más acérrimos, el mundo dejó de existir. El estadio de la Cartuja acogió al artista onubense Manuel Carrasco. Más de 74.345 personas decidieron acudir hasta el estadio sevillano para disfrutar del cantante, tratándose del mayor concierto de un solo artista en la historia de la música en vivo en España, extremo que le ha valido un reconocimiento por parte de la SGAE.