Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Debido a estas alteraciones alimentarias, se pueden desencadenar enfermedades físicas importantes y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte, el suicidio o la desnutrición.
En España, los últimos estudios realizados coinciden en señalar una tasa de prevalencia de TCA en población adolescente alrededor del 4,1-4,5% entre los 12 y los 21 años. En concreto, la anorexia se sitúa en torno al 0,3%, la bulimia en el 0,8% y el TCA no especificado alrededor del 3,1% de la población femenina de entre 12 y 21 años, según ACAB.
La presión social para adelgazar, las redes sociales, la necesidad de ser aceptado y la preocupación por un ideal estético delgado asociado al éxito social, familiar y profesional podrían ser factores que desencadenen en los TCA.
Mara Jiménez, una artista multidisciplinar que se hizo famosa por subir vídeos humorísticos a internet, ha publicado un libro titulado "Acepta y vuela" donde cuenta los trastornos de conducta alimentaria (TCA) que sufrió, así como el bullying, la gordofobia y cómo trabajó de duro para superar su baja autoestima. “La relación con mi cuerpo es preciosa en la actualidad”, cuenta en una entrevista a Yasss.
A pesar de ello, insiste en la importancia del cuidado de la salud mental y el acompañamiento que debemos hacer los demás si tenemos un familiar o un amigo que está pasando por un momento complicado: “La salud mental no puede ser juzgada, necesita escucha”.
A lo largo de la conversación, Mara también revela frases comunes que decimos en nuestras conversaciones que pueden afectar de forma grave a una persona con TCA. "¿Todo eso te vas a comer?" "Qué guapa estás ahora que has adelgazado",¡Cómo te has dejado ahora que has engordado!" o "Esa ropa te queda mal", son expresiones que debemos dejar de utilizar. "Todo lo que tenga que ver con la comida y el cuerpo debemos dejar de decirlo. Y sé que cuesta porque si no hablamos de eso, ¿de qué vamos a hablar? Pero hay que buscar otras conversaciones y otras formas de comunicarse", cuenta Mara.
En oposición a estas expresiones, Mara aboga por usar un lenguaje positivo y sin menciones directas al físico o a la comida. Un ejemplo: "¡Estás radiante!, Qué bien te veo hoy". "No hace falta hacer hincapié en que estás más guapa porque has adelgazado", explica.
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