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Un buen mantenimiento es esencial para que nuestro coche dure más tiempo, pero también para que lo haga en las mejores condiciones, haciendo que sea mucho más seguro circular con él. Cada vehículo requiere unos cuidados, estar pendiente de que diferentes cosas funcionen de la mejor manera posible, aunque esto no es lo único que hay que tener en cuenta.
En función de las estaciones del año hay que tener unos cuidados u otros diferentes, el calor y el ambiente habitualmente seco del verano no es comparable con el frío húmedo que se asocia con el invierno. No se cuida igual un coche que duerme en la calle en un lugar en el que hiela por las noches que otro que se aparca en garaje. Tampoco se tienen los mismos cuidados en zonas de interior que en las de costa.
Hay varios factores que pueden afectar al bienestar del coche y que conviene tener en cuenta en las zonas de costa, como la arena, la brisa, el sol, el salitre y la humedad, que pueden provocar daños en los elementos mecánicos del coche, a causa de la corrosión y la oxidación. Se puede deteriorar el exterior del vehículo, dañándolo y ajándolo, pero también la parte mecánica y el interior del mismo por el efecto de la arena, humedad y calor
No conviene aparcar demasiado cerca del mar, así evitaremos que el coche se llene de arena y el salitre pueda dañar la pintura, los faros o los cristales del vehículo. Además, siempre que se pueda se recomienda aparcarlo de espaldas al mar y a la sombra o en garaje, para evitar los daños solares.
Hay que evitar dejar el coche aparcado demasiado tiempo, es una buena idea arrancarlo de vez en cuando, así como comprobar que nada ha sido afectado por las altas temperaturas, provocando un envejecimiento prematuro de los neumáticos, o afectando negativamente a la batería o los elementos líquidos. Si va a pasar mucho tiempo a la intemperie, suele ser recomendable usar una funda protectora.
El interior también se estropea y cuesta más mantenerlo limpio, porque como hemos señalado antes, no siempre es sencillo eliminar por completo la arena, por lo que es imprescindible limpiarlo con cierta periodicidad, además de evitar meternos al coche sin eliminar la arena de la playa o con prendas mojadas que puedan aumentar la humedad y provocar el desarrollo de moho.
Lo mejor es limpiar el interior con aire a presión y un aspirador de calidad, tal y como recomiendan desde La voz de Cádiz, y el exterior con aire y agua a presión, evitando frotar hasta asegurarnos por completo de haber eliminado toda la arena y la sal, porque de otro modo estropearemos la carrocería y la rayaremos sin darnos cuenta.
Además, antes de ir a zonas de playa podemos proteger el exterior del vehículo, limpiándolo bien y encerándolo después. Si quieres evitar daños en los faros, puedes protegerlos con films protectores de usar y tirar, que evitarán que la arena produzca daños irreversibles.