¿Cómo evitar que el calor dañe tu móvil?
Mantener el móvil alejado de fuentes de calor es buena idea en invierno y en verano
Cuando usas el dispositivo, este disipa energía en forma de calor
¿Cómo afecta el calor a nuestros dispositivos electrónicos? Desde daños irreversibles a explosiones
La llegada del calor suele venir acompañada de algunos cambios en nuestros hábitos, principalmente para poder adaptarnos a la nueva situación en la que las altas temperaturas pueden llegar a ser molestas. Pasamos menos tiempo en la calle durante las horas de sol, buscamos locales con aire acondicionado y tomamos bebidas y alimentos más frescos, igual que las prendas que seleccionamos, mucho más ligeras y livianas.
También tendemos a cuidar más nuestra piel, pues la exposición al sol es más peligrosa que durante los meses de frío invierno. Sin embargo, la piel no es lo único que conviene cuidar con más detalle, nuestro dispositivo electrónico también puede verse afectado por el calor y requiere unos cuidados especiales.
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Evita que el calor dañe tu móvil
Esto, que parece evidente cuando un sol de justicia impacta sobre nosotros y nuestro móvil, es también importante tenerlo en cuenta en cualquier época del año, pues las fuentes de calor son muy variadas y tampoco conviene descuidarnos ante estufas, aunque con estas solemos tener mucho más cuidado y estar más prevenidos que ante los rayos solares.
El primero de los consejos no podría ser más evidente, pero no por ello es menos necesario: evita dejar el móvil al sol. Hay momentos en los que el sol calienta en exceso y dejar que dé directamente sobre el dispositivo podría sobrecalentarlo. No lo dejes directamente al sol, guárdalo en el bolso o bolsillo.
Las fuentes de calor externas no son buenas, pero tampoco el calor que genera el propio móvil y que no siempre puede disiparse correctamente, por lo que en ocasiones no es mala idea quitarle la funda con la que solemos protegerle de golpes, sobre todo durante la carga. También puedes apoyarlo sobre alguna superficie fría o frente a un ventilador para que se enfríe más rápidamente y evitar así males mayores.
Apaga la pantalla cuando no uses el dispositivo, reduce el brillo de la misma para que consuma menos energía o activa el modo oscuro, si no te resulta cómodo tener el brillo al mínimo. Si no necesitas usar la mayoría de las funciones, puedes ponerlo en modo avión, y en situaciones de calor excesivo, es mejor evitar juegos y aplicaciones innecesarias. Es durante el uso cuando más se calienta, por lo que igual conviene esperar a que haga menos calor en el ambiente.
Si notas que el teléfono se sobrecalienta con el uso habitual, quizá sea el momento de darle un respiro y buscar una alternativa de ocio. Dejar de usarlo durante un rato puede ser clave para evitar que se recaliente.
Aléjalo de cualquier fuente de calor, evita dejarlo al sol, ya sea en la playa o en el coche, cuidado al cargarlo, quítale la funda o cárgalo normal (en lugar de en carga rápida), reduce el brillo, actualiza las aplicaciones, evita juegos que hagan que genere demasiada energía y, por tanto, calor, y, si ves que empieza a calentarse con el uso, es que ha llegado el momento de darle un respiro, guardarlo y buscar otro plan.