Cada material tiene sus normas de limpieza e higiene. Habitualmente estas vienen marcadas en la etiqueta, pero hay algunas veces en las que no resulta nada sencillo mantenerlas limpias, porque son materiales especiales, como sucede con las almohadas viscoelásticas, que no conviene mojar.
Este tipo de almohadas no solo tienen dificultades para secarse bien, sino que también retienen la humedad, lo que puede ocasionar microorganismos como el moho, o favorecer la aparición de ácaros y bacterias. Además, pierden parte de sus propiedades si las lavamos con agua o las metemos a la lavadora, como la de recuperar su aspecto original después de apoyarnos en ellas.
Por suerte, este tipo de almohadas suelen tener una funda protectora que sí que podemos lavar con gran facilidad, solo tendremos que quitarla y seguir las instrucciones de lavado de la etiqueta. Además, se ensucia menos que la funda de almohada que colocamos habitualmente sobre ella y que forma parte del juego de sábanas. Gracias a este doble sistema de protección, podremos lavarlas menos a menudo, pero esto no quiere decir que no tengamos que hacerlo nunca, ni mucho menos.
Algunas almohadas sí que pueden lavarse en la lavadora, pero como no es lo habitual, el primer paso siempre debe ser consultar con la etiqueta, donde el fabricante se ha encargado de darnos las instrucciones que tenemos que seguir para que nuestra almohada viscoelástica esté limpie y también dure más tiempo.
En ocasiones pueden aparecer manchas sobre la almohada, debido al uso o a que hemos derramado algo sin querer. Si este es el caso, lo mejor es intentar retirar el líquido lo antes posible, para evitar que se empape por completo y después tratar la mancha. Una buena solución es mojar un paño en una mezcla de agua tibia y jabón suave, frotando con él sobre la almohada haciendo pequeños círculos. Después, retiramos el jabón y secamos bien la almohada.
Si la mancha no se quita con este sistema, podemos probar mezclando agua fría y vinagre de limpieza apartes iguales, y colocando el resultado en un difusor; se puede incluir un poco de zumo de limón para reducir el olor del vinagre. Rocía la mancha con la mezcla y deja actuar unos cinco minutos, después solo tendrás que dejar que la almohada se seque y mejor si puede ser dejándola al sol.
No es lo habitual, pero si notas que la almohada viscoelástica desprende olor, puedes añadir algún ambientador específico para telas, pero también espolvorearlo con bicarbonato. Deja que actúe entre 15 y 30 minutos y después retira con la ayuda de un aspirador y mucho cuidado para evitar dañar la almohada. Si además puedes dejar después que le dé el sol uno poco de tiempo extra, mejor que mejor.
Lo ideal es dejar que la almohada se moje lo menos posible y después secarla rápidamente, primero con una toalla, para que absorba la humedad y después al aire, bajo el sol si puede ser. En caso de vivir en un lugar con mucha humedad o donde llueve mucho, se puede usar un secador de pelo, pero esto a de hacerse con cuidado.