La inflación y el encarecimiento desmedido de la vivienda, con precios que no veíamos desde los tiempos de la burbuja inmobiliaria, ha hecho que muchos españoles que quieren comprar una casa y no pueden se planteen acudir a mercados secundarios o valoren opciones menos populares, pero igualmente atractivas si se saben cazar a tiempo y se tiene la suficiente paciencia.
Una de las que más interés ha generado en los últimos años es el parque de viviendas embargadas por Hacienda, especialmente los inmuebles que salen a subasta; un nicho algo opaco para los no iniciados que suele ofrecer buenas oportunidades y descuentos si se sabe navegar.
Pero ¿cómo comprar una de estas propiedades? ¿Dónde hay que acudir?
De entrada, según los datos, se calcula que el ahorro que podemos obtener ‘pujando’ por una de estas casas embargadas por el fisco es del 50%. Estos inmuebles cuentan con su propio mercado al margen del movimiento de los principales portales inmobiliarios; una pequeña selva para inversores, ya que la información es más opaca y se suele comprar más a ciegas que en el mercado oficial de la vivienda, donde disponemos de muchos más datos para valorar si estamos haciendo una buena operación.
Según explica Idealista, estas viviendas encuentran una segunda vida inmobiliaria cuando los propietarios no son capaces de hacer frente a la carga hipotecaria con sus propios recursos. Entra entonces el banco, que se queda con la casa, pero todavía mantiene la deuda financiera. La entidad bancaria necesita saldar el descuadre económico y librarse del bien, y no tiene más remedio que solicitar al juzgado que la propiedad salga a subasta. Es ahí donde entran los compradores que conocen bien este nicho inmobiliario. Saben que el descuento les favorece, ya que es probable que las pujas no alcancen el precio inicialmente pagado por el propietario.
Si queremos encontrar una de estas casas ‘gangas’, lo mejor es utilizar las herramientas que la propia Agencia Tributaria pone a disposición de los contribuyentes. La más efectiva es el portal de búsqueda ‘Subastas’, que permite explorar en cada provincia las casas, garajes y fincas que entran en este mercado. Previamente, todos estos inmuebles han sido publicados en el portal de subastas del BOE.
Según explican los expertos, este parqué secundario de casas ‘baratas’ siempre viene con letra pequeña. Quienes traten de ganar la subasta a través de esta vía deberán contar con liquidez suficiente para adelantar un depósito que oscila entre el 5% y el 25% del precio del inmueble. Una vez hayan abonado esta cantidad, se les permitirá realizar la puja en la fecha fijada para la subasta pública. En el documento de puja quedará reflejada la oferta, así como los datos personales del interesado. 20 días después, el proceso se resolverá. En caso de ganar, los interesados tendrán otros 20 días para completar el pago y convertirse en propietarios del inmueble.
Los expertos advierten de que el sistema de subastas de inmuebles puede suponer una forma muy atractiva de obtener viviendas a precio de descuento, siempre que quienes pujan sepan hacerlo correctamente.
Para empezar, es importante informarse bien de qué estamos comprando y tratar de averiguar las condiciones en las que está el inmueble cuando pujamos por él, incluida la deuda ‘mala’ oculta. Hablamos de cuotas de la comunidad impagadas, derramas imprevistas, suministros que no se han pagado desde hace años; también de desperfectos importantes, obras ilegales con expediente abierto en el ayuntamiento, situaciones de ocupación o viviendas en un estado mucho peor del que se mostraba en las fotografías oficiales de la subasta.
Quienes dominan este mercado suelen fiar el éxito de la operación de compra a dos herramientas. La primera, disponer de un colchón de dinero adicional para imprevistos, ya sea para reformar la vivienda tras la compra en subasta, arreglarla por completo o para cubrir pagos adicionales no previstos. La segunda, ponerse en manos de un experto que les ayude a convertirse en propietarios.