Aunque lo habitual es que todo suceda de la mejor de las maneras, en el caso de las herencias no siempre pasa así y hay ocasiones en las que los herederos no terminan de ponerse de acuerdo. Esto puede llevar a una situación de bloqueo que, por suerte, es posible solucionar.
No ser capaz de ponerse de acuerdo puede llevar a paralizar el proceso de reparto de la herencia, una situación que nadie espera, pero que puede darse cuando entran en conflicto los intereses de los herederos. En caso de desacuerdo, hay diversas maneras que pueden llevar a desbloquear la herencia.
En el reparto de una herencia es necesario que haya unanimidad, tanto en la aceptación, como en el rechazo de lo decidido, por lo que en caso de que no haya un consenso se llega a una situación que se define como bloqueo de la herencia. Son los casos en los que uno de los herederos está ilocalizable o no responde al resto, lo que hace que sea necesario optar por otras vías para poder distribuir los bienes.
Para poder desbloquear la herencia no es necesario que actúen todos los herederos, con que uno de ellos tome medidas será suficiente. Existen dos vías distintas que se pueden tomar para solucionar estos conflictos: la notarial y la judicial.
Si se opta por la vía notarial, este inicia un procedimiento, llamado ‘interpellatio in iure’ por el que exige al heredero que tome una decisión, tanto si es aceptar como si su intención es rechazar la herencia. Tendrá un plazo de 30 días para comunicar su decisión.
Hay tres opciones, acepta la herencia, con bienes y deudas, respondiendo con su patrimonio si fuera necesario, rechazar la herencia o aceptarla a beneficio de inventario, lo que quiere decir que se acepta, pero, en caso de deuda, se cubre con el patrimonio que se hereda, es decir, se aceptan las deudas siempre y cuando se cubran con el patrimonio heredado, sin que el propio se vea afectado. Si no responde, se entiende que acepta en el primero de los casos, cubriendo las deudas con su patrimonio.
Otra circunstancia que puede darse durante el reparto de una herencia es que uno de los herederos acepte la herencia en sí misma, pero aun así impida el reparto. En estos casos también será necesario acudir al notario quien, a través de un recurso legal, decidirá cómo será la distribución de los bienes, algo que podrá hacer si más de la mitad de los herederos así lo acuerdan.
Si no es posible la intervención notaria, será necesario optar por la otra opción, al vía judicial. Un juez determinará la forma en la que debe hacer y tiene que ser aceptada por todos.
En general estas situaciones tienden a darse cuando hay problemas familiares previos, pero bien podrían desencadenarse a raíz de esta situación, por lo que lo mejor en estos casos es contar con asesoramiento legal, para evitar alargar el problema y que se creen otros nuevos y así poder solucionarlo todo de la forma más sencilla posible.