El agua es esencial para la vida, pero no toda la que nos rodea es apta para el consumo o para el uso. Esto es lo que sucede precisamente con el agua salada, que puede ser ideal para nuestra piel y ayudar a mejorar algunas afecciones de esta, pero no conviene en absoluto en otras ocasiones.
No conviene consumir el agua salada, porque en lugar de hidratarnos, como es la función habitual del agua, lo que produce es una deshidratación mayor, al hacer que los riñones tengan que expulsar una mayor cantidad de agua del cuerpo en forma de orina para poder eliminar el exceso de sal. Tampoco les sienta nada bien a las plantas, que mueren al ser regadas con agua salada.
Desalinizar agua en tu propia casa es un proceso sencillo y también muy interesante para toda la familia. Un proyecto que puede darnos como resultado un mayor conocimiento y, en función de la escala a la que construyamos nuestra desalinizadora, también un poquito de agua dulce que utilizar.
Hay varias formas de poder eliminar la sal del agua, algunas son más rápidas y otras requieren más tiempo, pero todas ellas se basan en el mismo proceso, la evaporación. Al evaporarse el agua salada, se separa el agua de la sal, por lo que solo es necesario poder recoger esa agua y colocarla en un recipiente. Se busca, básicamente, recrear lo que sucede con el ciclo del agua y la lluvia, pero a menor escala.
Quienes tengan paciencia y el espacio adecuado, pueden confiar en el calor del sol para este proceso. En este caso solo es necesario tener un bol de cristal, un vaso, film transparente y una piedra o algo que pese un poco.
Habrá que llenar de agua salada el bol de cristal, pero no demasiado, porque después tendremos que colocar el vaso de cristal dentro y el agua no puede entrar en él. El vaso tiene que ser más bajito que el bol, porque tendremos que cubrir ambos con film transparente y colocar sobre la superficie la piedra, que quede junto encima del vaso. Ahora solo tendremos que colocarlo todo al sol y esperar.
El agua se evaporará, dejando atrás la sal, pero al estar cubierta con un plástico no podrá desaparecer y de nuevo se condensará sobre esa superficie. El peso de la piedra hará que, por cuestiones de gravedad, el agua se deslice y caiga en el interior del vaso, haciendo que este recoja el agua que hemos desalinizado. Tal vez no sea la mejor agua para beber, pero seguro que las plantas lo agradecen.
Quienes no tengan paciencia suficiente para ver cómo el sol evapora el agua pueden acelerar el proceso empleando una cazuela en lugar de un bol y la tapa en lugar del film transparente. Colocando una pequeña cantidad de agua salada para evitar que pueda colarse en el vaso por error, podemos recrear este mismo experimento poniendo la cazuela a fuego muy suave, para evitar que el vaso pueda explotar.
En este caso tendremos que recuperar nosotros el agua dulce con la tapa, haciendo que caiga en el vaso.