Cada vez es más frecuente encontrar alimentos que no nos sientan bien y nos producen intolerancias, que hacen que las digestiones resulten más pesadas o que, directamente, tenemos que evitar porque nos dan alergia, lo que podría tener consecuencias graves para las personas que lo consumen.
Por suerte, cada vez es más frecuente que todo el mundo tenga esto en cuenta y gracias a eso, es más sencillo, no solo comer fuera de casa, también hacer una compra segura en el supermercado.
Los alérgenos son sustancias que el cuerpo considera peligrosas, lo que desencadena una serie de reacciones para defenderse de él, es decir, provoca una reacción alérgica. Estos alérgenos existen en todos los ámbitos, por ejemplo, pueden serlo el polvo, el polen o los ácaros, y también en el de la alimentación. El resultado es el mismo, ese alimento o compuesto que forma parte de un alimento es capaz de desarrollar una alergia en consumidores sensibles.
Uno de los alérgenos más habituales son los frutos secos, almendras, avellanas, nueces, anacardos… también los cacahuetes. El huevo y sus derivados forman parte de las listas de alérgenos de los que hay que avisar, algo que también sucede con el marisco, moluscos y crustáceos, la leche y sus derivados también puede provocar intolerancias y alergias, así como la soja. Cada vez es más necesario señalar que los alimentos pueden contener gluten.
No solo es necesario vigilar los alérgenos que contienen, también es importante asegurarse de que lo que consumimos no contenga trazas de los mismos y que en los restaurantes a los que acudimos no exista posibilidad de contaminación cruzada, algo que siempre se vigila en casa y que puede suponer un gran riesgo.
La clave para saber si un alimento contiene alérgenos la encontramos en el etiquetado. En general, estos suelen estar destacados de alguna manera en la lista de ingredientes, ya sea poniéndolos en mayúsculas, en negrita o resaltando el color del fondo. En el caso de que no estén en la lista de ingredientes, es obligatorio que lo especifique aparte, destacando que ‘contiene’ o ‘puede contener’ y el alérgeno concreto.
También en algunos casos encontramos que nos avisan que puede ‘contener trazas de’ alguno de ellos, esto hace referencia a la contaminación cruzada a la que hacíamos referencia y deja claro que no es un alimento seguro para quien es alérgico, aunque no contenga el alérgeno en sí mismo.
En el caso del gluten, suelen destacarlo claramente en el envasado si está libre de él, ya sea de manera natural o gracias a algún proceso de eliminación. De hecho, suele aparecer una brizna de trigo tachada para que sea más visual y reconocible. Ante cualquier duda sobre el alimento que vamos a comprar, lo mejor es acudir al etiquetado, que tiene que darnos toda la información que necesitamos sobre lo que contiene y lo que no.