¿Cómo saber si el seguro de hogar cubre a mi mascota?

Llegada cierta edad es normal que queramos brindarnos algo de paz y tranquilidad. Los seguros de hogar son una buena herramienta para proteger nuestras propiedades y pertenencias de posibles pérdidas o daños y asegurar que estaremos cubiertos en caso de que nos pase algo malo, suframos un robo, un incendio u otro tipo de accidente que dañe lo que es nuestro. Sin embargo, mucha gente olvida que una póliza puede cubrir objetos de valor, propiedades, y por supuesto, a nuestras mascotas, a las que debemos cuidar cada día. Son una prioridad, y como tal, deberíamos incluirlas en nuestros planes.

¿Están protegidas en caso de que pase algo? ¿Cómo saber si estamos cubiertos?

Cómo saber si mi seguro de hogar cubre a mi mascota

Para determinar si nuestra póliza cubre a nuestro perro o gato, lo mejor es revisar el contrato en detalle y consultar a la aseguradora con la que hayamos firmado el seguro. Fácilmente, la respuesta podría ser afirmativa. La compañía puede informarnos al momento de las características de la póliza y modificar lo que sea necesario para adaptarlo a nuestro perfil. De hecho, este cambio suele ser gratuito en muchas de ellas.

Multitud de aseguradoras ya ofrecen cobertura para mascotas como parte de su seguro de hogar estándar. Puede que otras nos pidan suscribir una póliza adicional específica para animales domésticos. Dependerá mucho de cada empresa y de las propias características de nuestro compañero de cuatro patas (sí, hay algunos que reciben un trato especial).

Como explican en Caser Seguros: “Tu perro estará cubierto en materia de responsabilidad civil frente a terceros, siempre que tu póliza de seguro incluya la protección de enseres y tu mascota no pertenezca a una raza considerada potencialmente peligrosa”.

La clave siempre está ahí, en el tipo de animal doméstico que vive con nosotros. Si entra dentro de los potencialmente peligrosos, las aseguradoras suelen lavarse las manos. La ley no obligará a suscribir un seguro de responsabilidad civil, con una póliza no inferior a los 120.000 euros. No hay que olvidar que este tipo de seguros ofrecen una protección doble: cubre a nuestra mascota en la gran mayoría de situaciones complicadas, pero también a su dueño cuando el perro, por ejemplo, causa daños personales y materiales a terceros.

Las políticas que incluyen cobertura para animales ofrecen cierta protección frente a accidentes o enfermedades que afecten al animal dentro de la propiedad asegurada. De nuevo, dependerá mucho de lo que hayamos contratado y lo que la propia aseguradora marque en la letra pequeña. Suelen entrar gastos veterinarios (consultas, pruebas diagnósticas, análisis de laboratorio, intervenciones quirúrgicas, hospitalización), responsabilidad civil por los daños causados por la mascota (indemnizaciones, gastos en juicios…), compensación por el robo o la muerte de nuestro compañero peludo cuando sufrimos un siniestro; incluso los gastos de sacrificio.

Los seguros de hogar que no cubren a las mascotas no son una buena idea. Suelen dejar a los propietarios en una situación vulnerables. Es más difícil actuar ante una emergencia, los gastos son considerables y el estrés emocional tiende a empeorar la situación. Por ese motivo, es preferible revisar la póliza que tengamos contratada y, en caso de que nuestra mascota no entre en la cobertura, pagar un poco más y vivir tranquilos.