Hay fechas en las que todo el mundo parece ponerse de acuerdo para viajar y la Semana Santa es una de ellas, por eso es importante organizarse con tiempo, planificarse y reservar las vacaciones con anterioridad para así conseguir los mejores precios, porque de dejarlo para el último minuto, se corre el riesgo de tener que invertir una pequeña fortuna.
Esto hace que el riesgo de imprevistos sea mayor, situaciones que no esperamos y que hacen que tengamos que cambiar de planes, cancelando nuestro viaje soñado. Los motivos pueden ser muy variados, pero sea cual sea la causa, conviene saber la mejor manera de cancelar ese viaje sin perder todo el dinero invertido.
Si bien parece que el motivo por el que tenemos que cancelar un viaje no es importante, lo cierto es que en algunos casos sí que lo es. Por ejemplo, que las condiciones meteorológicas del lugar de destino no sean las esperadas no parece motivo suficiente para cancelar un viaje y recuperar el dinero invertido, pero hay algunos que sí que lo son.
Este es el caso de enfermedades graves, como tener que someterse a una prueba de urgencia o a una cirugía, en ese caso será necesario tener un justificante médico que lo avale. También se puede considerar motivo justificado de cancelación la muerte de un familiar en primer grado, así como una citación del juzgado o ser llamado para formar parte de la mesa electoral.
En caso de tener un viaje contratado con una agencia de viajes y tienes que cancelar la reserva, puede que te cobren gastos de gestión. Si la compañía aérea cancela el vuelo que nos llevaría a destino, el hotel no puede cobrar la cancelación de la reserva y además el usuario tendría derecho a recibir una indemnización.
En general, los plazos de cancelación pueden jugar a nuestro favor o en nuestra contra porque una cancelación en el último minuto suele tener una penalización mayor que una que se hace con tiempo. El porcentaje que nos cobran por una cancelación suele oscilar entre el 5 y el 25%, siendo menor si lo hacemos con un par de semanas de antelación por lo menos.
Es importante informarnos de los plazos de cancelación a la hora de reservar, algo que habitualmente está establecido cuando contratamos un viaje o un hotel. Esto puede ayudarnos a no dejarlo para el último minuto, sobre todo si son cosas de las que nos enteramos con un poco de tiempo. Cambiar las fechas, es decir, aplazar las reservas puede ser una buena manera de no perder dinero.
A pesar de todo esto, lo mejor es contratar un seguro de cancelación, que además de cubrir la posibilidad de cancelar el viaje por algunas circunstancias, suma algunos extra, como indemnizaciones en caso de retrasos o pérdidas de vuelo. Si no tienes un seguro, la única forma de recuperar el dinero invertido al anular un viaje que ya ha sido pagado es que nos encontremos en alguno de los supuestos que hemos señalado al principio.