Semana Santa 2024: ¿Cómo reservar un viaje de última hora?
Si planificamos la Semana Santa a última hora, es importante ser flexibles y ajustar los detalles del viaje para lograr la mejor relación calidad precio en el destino
Configurar alertas, utilizar comparadores de precios de billetes y alojamiento y elegir los días con menor tasa de ocupación pueden ayudarnos a dar con el viaje perfecto
¿Cómo elegir destino para tus próximas vacaciones?
Son muchos los que suspiran aliviados con la proximidad de la Semana Santa y ya sueñan con el descanso por venir, marcado con honores en el calendario. Es el primer periodo vacacional de importancia durante el año; tiempo de desconectar de cuidarse al máximo y de aprovechar ese buen puñado de días por delante en los que por fin podremos escapar de la vorágine laboral.
Con todo, habrá quien se encuentre de pronto sin ningún plan a la vista y con la urgencia de exprimir lo máximo posible la ‘sagrada’ pausa de las fiestas. Conviene bajar las expectativas. Planificar unas vacaciones a última hora nunca es lo más recomendable, pues nos obliga a apurar al máximo el presupuesto para no comernos buena parte de lo ahorrado en meses pasados; menguan las ofertas disponibles y el atractivo de los destinos de alta ocupación, y es más difícil encontrar paquetes vacacionales asequibles.
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Nunca hay que perder la esperanza. Es tiempo de buscar oportunidades.
Cómo planificar la Semana Santa y ahorrar
Hay que ser realistas y ajustar nuestras expectativas, o más bien, ser un poco más flexibles de lo habitual con los distintos parámetros que van a definir el tipo de viaje que finalmente hagamos: el destino, el presupuesto, la calidad del alojamiento y el tanto por ciento de ocupación. Son fechas de altísima demanda. Para cuando empezamos a mirar destinos y a rastrear paquetes vacacionales, buena parte de lo más jugoso ya ha sido vendido. Hay que aceptarlo, y construir a partir de ahí.
Según una investigación de Skyscanner, comprar billetes con seis semanas de antelación es garantía de buenos descuentos, de hasta un 12%; un 9% de quita para destinos nacionales si la reserva se realiza con 13 semanas de antelación; de ahí la importancia de planificar y no dejarlo todo para última hora.
Planificar con éxito un viaje apresurado a menudo es también una cuestión de sacrificar tiempo con un objetivo claro. Si dedicamos varias sesiones a rastrear hasta el último rincón de las webs de los operadores turísticos más importantes (Airbnb o Booking), quizá demos con esa oferta interesante que nos salve las vacaciones de Pascua.
Si no disponemos de excesivos huecos para sentarnos a planificar con detalle, una buena manera de encontrar ofertas atractivas es configurar alertas por precio en distintos comparadores online y centralizarlas en el correo electrónico, tal y como haríamos si, por ejemplo, anduviéramos a la caza de un piso de alquiler.
Paradójicamente, ser flexibles con el viaje y el destino y desviarnos del plan inicial, de esa idea específica que teníamos en la mente, puede ayudarnos a encontrar alternativas interesantes. Sí, quizás ya no vamos a coger sitio en ese hotelito encantador que hemos visitado otros años y al que hemos asociado placer y recuerdos, pero probablemente haya destinos y alojamientos tan buenos o mejores por el mismo precio o un poco superior. La flexibilidad también va en el coste, lo que más le cuesta aceptar a los que planifican apuradamente.
Una buena manera de seleccionar destinos no planificados es fiarse de las recomendaciones de las propias webs de los operadores turísticos y los buscadores de ofertas (Skyscanner, Airbnb, Booking). La mayoría cuentan con buscadores muy completos en los que podemos rastrear vuelos por precio y los alojamientos más baratos. Esa será nuestra guía, a partir de la cual ajustaremos nuestro presupuesto por noche.
También podemos jugar con las fechas y evitar los días de Semana Santa con la demanda más alta. A evitar: los viernes. Es preferible viajar en domingo, ya que los vuelos suelen ser más asequibles. Otro truco será el del aeropuerto: a veces es posible ahorrar una parte del voste del billete eligiendo un punto de aterrizaje periférico en un aeropuerto secundario, sobre todo en algunas compañías low cost. De esa manera, habremos arañado algunos euros que podremos destinar a otra partida del viaje.