¿Cómo hacer un filtro de agua casero?
Si no tenemos acceso a agua potable, un filtro hecho a mano es la mejor solución
Con las capas o sedimentos ordenados por tamaño obtendremos agua limpia, apta para el consumo
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El acceso a agua potable es algo que solemos dar por garantizado en nuestra vida diaria, a pesar de que los datos muestran una realidad que podría sorprender a quienes se acercan con toda tranquilidad al grifo de su vivienda, lo abren y sacian la sed.
Según datos de la fundación Anae, solo el 0,007% del agua que existe en la Tierra es ‘limpia’, un dato que puede darnos una idea de la gran cantidad de poblaciones y zonas que no cuentan con acceso a este recurso imprescindible para la vida.
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El acceso restringido a fuentes de agua limpia tiene un fuerte impacto negativo en la salud, la educación y la capacidad de desarrollo económico de las comunidades que no pueden consumirla de forma regular, y es una preocupación significativa para las poblaciones y gobiernos de todo el mundo.
Si ese es nuestro caso, ¿qué podríamos hacer? ¿Se puede fabricar un buen filtro de agua casero con materiales básicos que tengamos a mano?
Veámoslo.
Así puedes fabricar un filtro de agua casero
Un filtro de agua, en este caso hecho en casa, no es más que dispositivo creado con materiales comunes para mejorar la calidad de una fuente de agua y hacerla segura para que la consumamos. Esto se consigue eliminando partículas sólidas, sedimentos y contaminantes químicos presentes con una serie de capas que van decantando y filtrando todos los elementos perjudiciales.
Dependiendo de la calidad del agua que vayamos a filtrar filtrar, quizás tengamos que hervirla después de pasarla por el filtro, sobre todo si nos preocupa la presencia de microorganismos. El dispositivo que fabriquemos siempre será temporal, nunca una solución a largo plazo.
Necesitaremos:
- Un colador
- Una botella de plástico, un recipiente grande o cualquier otro ‘contenedor’ que pueda sostener las capas de materiales filtrantes.
- Carbón activado en polvo (se vende en ferreterías), muy útil para absorber impurezas químicas y mejorar el sabor de nuestra agua filtrada.
- Algodón natural, como el que se utiliza para rellenar cojines y almohadones. Sirve también una tela filtrante, incluso capas tupidas de hierba, si nos encontramos en mitad de la naturaleza y no tenemos acceso a este recurso.
- Grava gruesa, piedras pequeñas y arena fina, para el filtrado en capas.
- Recipiente de cristal o de plástico para recoger el agua filtrada.
Nuestro filtro seguirá un proceso de filtración física y, en algunos casos, química. A medida que el agua fluye a través de las capas de materiales, se eliminan las impurezas presentes.
El proceso es muy sencillo:
- Comenzamos preparando el recipiente de plástico para contener los elementos filtrantes. Para ello, cortamos la botella por la parte de abajo para quedarnos con una suerte de tapa. Le haremos unos agujeros pequeños para fabricar un ‘prefiltro’.
- Colocamos la botella cortada boca abajo, apoyando la parte del tapón en una mesa o una superficie sólida.
- Rellenamos el interior con las capas de algodón natural o fibra de poliester, presionando para que se ajuste a la boca de la botella y quede firme.
- A continuación, espolvoreamos el carbón activado sobre la capa de algodón prieto. Si no disponemos de este material, crearemos las capas de filtrado progresivamente. El orden va de más volumen a menos. Primero, disponemos las piedras o cantos gruesos, después la grava, de tamaño medio, y por último la arena, en la capa superior.
- Una vez preparado el filtro y las respectivas capas, lo colocamos sobre el recipiente de cristal, de manera que podamos recoger el agua filtrada gota a gota en un contenedor limpio.
- Colocamos la tapa-colador que fabricamos al comienzo en la parte de arriba del filtro. Con ella lograremos retener los primeros elementos sólidos (trozos de hierba, rastrojos o partículas gruesas)
- Ya podemos verter el agua sucia y comprobar cómo se va filtrando y sale limpia después de atravesar todas las capas que hemos creado.