Existen diferentes tipos de recetas, por un lado, estás esas que hacemos a diario, las que ya no tenemos que pensar porque nos salen solas y que no nos llevan demasiado esfuerzo gracias a la frecuencia con la que las hacemos. Por otro están esas que intentamos de vez en cuando y que, si resultan un éxito, se convierten en las que prepararemos para sorprender a las visitas. 

Los ñoquis de boniato pueden estar en cualquiera de las dos categorías o incluso en las dos, porque es una versión diferente de un plato más habitual, pero también es sencilla de realizar una vez que sabes hacerla. El resultado es tan espectacular que tus invitados quedarán encantados, sumas nutrientes a tu dieta y comes rico, rico. 

El boniato es un alimento muy nutritivo, de sabor dulce y atractivo color anaranjado. Destaca por su aporte en vitamina A, E y C, además de ser rica en folatos y minerales como el potasio. 

La vitamina A es buena para la vista, para la piel y juega un importante papel en la inmunidad de las mucosas, la vitamina C es un potente antioxidante, que ayuda en la cicatrización de las heridas y la absorción del hierro. La vitamina E es también un antioxidante que protege de los radicales libres y además, participa, entre otras cosas, en la formación de glóbulos rojos, que nos protegen frente a taques externos. 

El boniato aporta energía, cuida la vista, protege durante el embarazo (gracias a sus folatos), es antioxidante y mejora las molestias digestivas. Su mejor momento es entre septiembre y diciembre, pero es posible encontrarlo durante más tiempo en los supermercados. 

En lugar de hacer los clásicos ñoquis de patata, podemos probar una manera nueva y diferente de preparar el boniato y hacer con ellos estos delicados bocados. El primer paso es asar los boniatos en el horno (unos 4 o 5 pequeños), algo que podemos hacer después de limpiarlos muy bien y colocarlos en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado. Los tendremos en el horno a 200 °C unos 50 minutos. 

Una vez que estén bien hechos, los dejamos enfriar y los pelamos, los trituramos para hacer puré y añadimos 1 yema de huevo, un poco de sal y otro poco de pimienta. Agregamos a la mezcla 250 gramos de harina de trigo y mezclamos hasta que se incorpore completamente. Sobre una mesa enharinada hacemos porciones para que hacer los ñoquis sea más fácil, hacemos churros y los cortamos con una longitud de uno o dos centímetros, haciendo las marcas típicas con un tenedor. 

Los que vayamos a comer, los pondremos un par de minutos a cocer en una olla con abundante agua, el resto los podremos congelar para comer en otra ocasión, lo que permite que siempre tengamos una tanda preparada; con esta receta salen unas seis raciones. Una vez preparados, solo tendremos que mezclarlos con la salsa que queramos, ya sea de tomate, pesto o con un poco de aceite y sal. Deliciosos, sanos y al gusto.