¿Cómo limpiar la polipiel?
La polipiel es un material que imita el cuero, pero más resistente y más sencillo de limpiar
Mantenerlo en buenas condiciones es fácil si sabes cómo hacerlo
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Si bien ahora se puede usar para casi cualquier cosa, durante mucho tiempo el principal uso de la polipiel fue en decoración. Un material resistente, que imita la piel y el cuero, pero sin que los animales tengan que sufrir daños, y que resulta mucho más económico. Fácil de colocar y también de limpiar, lo que resulta ideal por el uso habitual que damos a los muebles.
Resulta muy incómodo no poder limpiar en condiciones nuestras cosas, a nadie le gusta llevar una camiseta manchada, pero tampoco es plato de buen gusto tener un sofá que nunca está limpio o unas sillas en las que las manchas no salen con facilidad.
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Esto es lo que sucede con la piel natural, que tendremos que llevar a profesionales para que nos ayuden a eliminar esas manchas que tan fácilmente pueden producirse ante cualquier derrame fortuito. Por eso la polipiel es una buena elección en decoración, porque resulta muy sencilla de limpiar si sabes como.
Cómo limpiar la polipiel
Cada material reacciona diferente ante las manchas y por eso cada uno se limpia de manera distinta. No se limpia igual una pared que un suelo de baldosas, tampoco limpiamos del mismo modo todos los tejidos. Los más delicados requieren un cuidado especial, así como recurrir a profesionales de la limpieza en ocasiones. Otros, como la polipiel, podemos limpiarlos nosotros mismos.
Lo mejor es limpiar la mancha en el momento en el que se produce y para ello solo necesitaremos un trapo húmedo y un poco de paciencia para frotar hasta que esta desaparezca por completo. Si solo con agua no desaparece, como sucede con las manchas que son más antiguas, podemos emplear jabón neutro, vinagre de limpieza o una mezcla de agua y amoniaco al 2%.
Una vez que la mancha haya desaparecido, es importante secar bien la superficie para que desaparezca la humedad. Esto también lo haremos en la limpieza habitual de este tipo de piezas que, si bien no requieren un mantenimiento demasiado exhaustivo, sí que es recomendable limpiar con un paño húmedo de vez en cuando, sobre todo para evitar que se envejezcan los muebles que usamos más a menudo. Recuerda secar después con un trapo seco.
Evita el uso de toallitas tipo desmaquillantes o de limpieza de bebés, porque las sustancias que contienen podrían oscurecer la polipiel. Tampoco conviene frotar con productos abrasivos, plancharla, retorcerla o meterla en la centrifugadora, algo que es poco habitual si la usamos para tapizar sillas, pero también se usa este material en cazadoras y otras prendas. En cualquier caso, el sistema de limpieza es el mismo, un trapo húmedo, con jabón neutro si fuera necesario, y después de limpiarlo, secar bien para evitar la humedad.
Es esencial en los productos de polipiel limpiar la mancha en el momento, no emplear productos abrasivos (hay también algunos específicos para este material en el mercado), evita los productos que tienen alcohol, la luz solar directa y el calor excesivo, así como la humedad. Con los cuidados adecuados, la polipiel es uno de los materiales más resistentes y duraderos para tener en casa.