La limpieza del baño es una de las tareas de la casa que exige más dedicación semanal. No es solo que haya que desinfectar cada superficie con paciencia, sino que determinados objetos y espacios nos van a requerir un trabajo extra.
La mampara de la ducha, por ejemplo, es un imán para las huellas de dedos y la suciedad, y conforme usamos la ducha suele acumular grasa, restos de jabón y gel secos y molestísimas manchas de cal que le dan un aspecto feo y degradado.
Lo más habitual es que la ignoremos durante unas cuantas semanas, momento en que la capa de suciedad acumulada se hará más difícil de quitar. Por ese motivo, es importante repasarla una vez cada una o dos semanas, como mínimo. Con la bañera sucede lo mismo. Toca limpiarla bien a menudo con algunos trucos.
Te contamos cómo puedes limpiarla para que quede perfecta.
La clave del proceso de limpieza, por lo demás, bastante sencillo, es escoger productos adecuados y aplicarlos con cierta regularidad. Será muy necesario usar una correcta proporción de ingredientes en la mezcla para eliminar las manchas de jabón, grasa incrustada y cal que quedan después de usar la ducha o la bañera a diario.
La esponja también es algo a tener muy en cuenta. Siempre será mejor una suave que respete la integridad del cristal templado y no lo dañe con arañazos. Nada de estropajos o lejas metálicas. Podemos dañarla.
En ciertos casos, la mampara será más fácil de limpiar si el vidrio templado o el cristal lleva un tratamiento antimanchas y antical; en otros, por desgracia, será un auténtico imán para que la suciedad se vaya pegando poco a poco y tendremos que limpiarla más a menudo. Cuanto mejores productos utilicemos, más ventajas. Sobre todo, ahorro de tiempo. Nuestra mampara durará limpia mucho más.
Necesitaremos:
Para el limpiador casero, hay distintas opciones que son eficaces para eliminar las manchas y restos acumulados en la superficie del cristal. Para las mamparas de cristal templado o vidrio serviría perfectamente, por ejemplo, una mezcla a partes iguales de vinagre blanco y agua y un poco de bicarbonato. Otra opción es una mezcla de agua y amoniaco, que dejará brillante la mampara si es de las de plástico. Es muy efectiva.
Si preferimos algo más profesional, podemos optar por cualquier limpiador de mamparas comercial de la sección de productos de limpieza del supermercado. En este caso, la mezcla casera es fácil de conseguir y ofrece resultados excelentes, por lo que no es necesario invertir una gran cantidad de dinero para conseguir una mampara resplandeciente.