La pasta es una opción muy socorrida en la cocina, porque además de existir una gran variedad de tipos, podemos conseguir un buen plato mezclándola con casi cualquier cosa que tengamos por casa. Es una solución rápida, sencilla y creativa que se puede combinar con verduras, carnes o pescados.
También es habitual que sobre, no siempre resulta sencillo calcular la cantidad adecuada, por lo que tendemos a poner de más en la cazuela para evitar quedarnos cortos.
Esas sobras se convierten en nuestra salvación para el día siguiente, la cantidad que nos evitará tener que volver a cocinar, por lo que aprender a conservarlas para evitar que la pasta se ponga mala parece una estupenda manera de ahorrar, tanto tiempo como dinero.
Es cierto que los expertos no recomiendan conservar la pasta una vez cocinada, porque puede perder sus cualidades, como su textura, consistencia o sabor, pero si ya hemos preparado más de la que necesitábamos y el mal está hecho, hay solución, porque no es recomendable conservarla, pero tampoco imposible.
La clave para que la pasta no se estropee y dure más tiempo en buenas condiciones es dejar que se enfríe por completo antes de guardarla y, si es posible, hacerlo sin mezclarlo con la salsa, porque la vida de esta no suele ser la misma que la de la pasta y puede acortarla.
La pasta se puede conservar en la nevera, a una temperatura entre 4 y 6 grados; si la temperatura es demasiado baja, la pasta se endurecerá, pero si no lo es lo suficiente se podrían desarrollar bacterias. En frigorífico se puede conservar entre tres y cinco días, pero si queremos congelarla, entonces aguanta un par de meses.
Cualquier recipiente puede servirnos para guardarla, siempre y cuando sigamos las instrucciones, aunque lo mejor es que usemos un recipiente hermético. Podemos usar la propia cazuela, siempre que dejemos que se enfríe por completo la pasta y podamos cubrirla con la tapa. También podemos usar un plato, cubierto por completo con film transparente, o una bolsa de congelación.
Para que la pasta se conserve bien, es necesario dejar que se enfríe por completo y que lo haga a temperatura ambiente, también es preferible conservarla sin la salsa, por lo que si vemos que hemos preparado de más, una buena idea es separar las raciones que no vamos a tomar antes de mezclarlo todo, para poder guardarlas sin ella.
En general no hace falta añadir aceite para evitar que la pasta se pegue, pero podemos incorporar un poco en el recipiente, y si nos hemos dado cuenta de que es demasiada, mejor dejarla al dente, sacándola un poco antes de que termine el tiempo de cocción estimado. Al guardarla en nevera o congelador se ablandará un poco más.
Si vamos a congelarla, es recomendable hacer raciones con la cantidad que vamos a comer y dejar descongelar a temperatura ambiente. Para calentarla es mejor evitar el microondas porque quedará blanda. Recuerda que, si vas a guardar la pasta a temperatura ambiente, no puedes dejarla más de un día, porque podrías poner tu salud en riesgo.