A la tradición gastronómica española de Todos los Santos, con sus buñuelos, huesos de santo y panellets, le han surgido duros competidores con el anglosajón Halloween y el Día de Muertos mexicano, que llevan a las mesas de casas y restaurantes recetas a base de calabazas y manzanas o el dulce pan de muertos.
Como en muchas de las celebraciones la gastronomía juega un papel fundamental y éstas que honran a los difuntos no son una excepción. Las recetas propias de estos días varían según el país y su tradición cultural, aunque priman los dulces.
Entre todos los postres dulces típicos de esta época, los buñuelos de viento tienen un lugar privilegiado. Aunque pueden comerse incluso tal y como salen de la sartén, los rellenos les dan ese toque especial. Además, se logran sabores muy interesantes y sorprendentes. De crema pastelera, de nata, de chocolate, de trufa y de frutos secos son los clásicos, pero en los últimos años se ha innovado tanto que los más atrevidos los pueden probar de membrillo de naranja o de limón
Uno de los dulces catalanes por excelencia son los panellets, que se preparan tradicionalmente para el día 31 de octubre y el 1 de noviembre, día de Todos los Santos. Hoy, no es extraño encontrar en algunas pastelerías este dulce en sus diferentes acabados durante todo el año. Aunque sigue siendo en las fiestas del 1 de noviembre cuando aumenta la demanda. Algunas veces incluyendo ingredientes distintos a los de la receta tradicional.
El panellet clásico es una masa de almendras similar al mazapán, cubierto con piñones y bañado en clara de huevo almibarada con azúcar. La forma tradicional es la de una pequeña bola que se puede comer en un par de bocados. A partir de esta base, las pastelerías se han ido adaptando a los gustos y las demandas de sus clientes, hasta conseguir una variedad inmensa de panellets con muy diversos sabores. Algunos se han convertido en muy famosos, como los de café, limón o avellanas, entre otros.
Los huesos de santo, dulces de mazapán, azúcar y huevo, simbolizan cariñosamente a los muertos, el acto de comer estos riquísimos dulces se considera que los quieres y no les temes. El tiempo ha ampliado sus recetas a base de ingredientes naturales. Así, los Huesos de Santo, tradicionalmente estaban rellenos de dulce de yema, pero hoy en día se ofrecen de chocolate, coco, fresa, e incluso se rellenan con yogur o praliné.
Típico del Día de Todos los Santos, los pestiños son uno de los bocados más tradicionales de la cocina andaluza donde, no solo se consume en esta fecha, sino que está muy alineado con diferentes festividades religiosas como Semana Santa o Navidad. Los pestiños se elaboran con harina y aceite de oliva, y después se pueden bañar en azúcar, miel o canela.
El membrillo es un fruto de temporada en otoño. Este dulce es muy sencillo de elaborar, ya que sólo se necesitan los membrillos y azúcar. Se suele consumir acompañado de frutos secos como las castañas o las nueces.
El pan de muerto es uno de los productos más tradicionales de la panadería mexicana. Es un pan redondo que tiene en la parte superior 'huesitos', que son una preparación más dura de la misma masa. Se añade un poco más de harina y se hace con los dedos la forma de 'huesito'. Y la bolita de la parte de arriba representa un 'cráneo'.
Los roscos fritos o rosquillas se elaboran con una combinación de harina, corteza de limón, huevos, azúcar y levadura. Se da forma de pequeños roscos a la masa y se fríen. Después, se cubren de azúcar.
Las castañas asadas son tradición gallega en el día de Todos los Santos. Después de visitar las tumbas de los seres queridos se comen castañas asadas en una hoguera.
Es otro dulce tradicional de Galicia para el día 1 de noviembre. Consiste en una masa de calabaza, harina, huevos y azúcar que se fríe en forma de pequeñas y gruesas tortitas. Una vez fritas se envuelven con azúcar.