Cualquiera que haya estado en una casa con buen olor sabe que no basta con utilizar ambientadores o ventilar las estancias con la ventilación cruzada para crear un ambiente adecuado. El efecto puede ser muy distinto según el olor que destaque en cada habitación. Podemos buscar relajarnos, favorecer la concentración o alcanzar un estado de meditación particular. ¿Cómo? Utilizando el poder de los aromas y de algunas herramientas para dispersarlos en el ambiente.
La aromaterapia es una práctica que puede tener un impacto profundo en nuestras emociones, estados de ánimo y salud física. Se cree que puede ayudar a aliviar el estrés, mejorar la calidad del sueño, aliviar dolores y molestias, reducir la ansiedad y promover una sensación general de calma.
En esencia, nos valdremos de aceites esenciales naturales derivados de plantas aromáticas (lavanda, eucalipto, bergamota, vainilla, manzanilla y muchos otros) para conseguir un efecto determinado, bien sea mediante el extracto puro o con una mezcla de varios componentes. Tiene multitud de aplicaciones.
Puesto que la base de la aromaterapia son los extractos concentrados de planta, necesitaremos hacernos con un kit de aceites esenciales para empezar.
Dependiendo de nuestras preferencias, escogeremos fragancias más intensas y picantes (naranja), más frescas (limón) o aquellas que puedan favorecer sensaciones más relajadas, como la lavanda, el jazmín, el incienso, el pino, la manzanilla romana o la copaiba. La variedad de aceites esenciales es amplísima y no se queda únicamente en una gama de productos limitada a tres o cuatro olores fáciles que todos tenemos en la cabeza.
El kit de inicio será suficiente para realizar combinaciones potentes y lograr ambientes con aromas muy distintos. La aromaterapia tiene múltiples usos: un baño relajante, un ambiente o determinados útiles de la casa. Por ejemplo, es muy común aromaterapizar un sofá, una almohada o o un juego de sábanas para asociarlo a una sensación concreta que queremos conseguir.
En el mercado hay multitud de difusores de distintos precios y calidades, y es fácil encontrar con un modelo asequible para nuestro bolsillo que nos permita empezar a practicar con la mezcla de aceites esenciales y agua. Con el difusor nos ahorraremos el trabajo de pulverizar a mano con un spray.
Llena el difusor con agua hasta la marca recomendada y agrega de 5 a 10 gotas de tu aceite esencial preferido. La cantidad puede variar según el tamaño del difusor, así que sigue las instrucciones del fabricante.
Además de la aromaterapia y del efecto buscado, puedes crear un ambiente acogedor utilizando velas perfumadas, música suave, iluminación tenue y textiles cómodos como almohadas y mantas. Es un ratito para ti. Debes tener en cuenta las sensaciones que te producen los aromas que has elegido, pero también es importante el autocuidado. Todo suma en la búsqueda del estado mental perfecto.
También se le llama inhalador de aceites esenciales. En esencia, es un stick con una banda de algodón o celulosa en el interior que absorberá los aceites esenciales y producirá un impacto de olor cada vez que nos lo acerquemos a la nariz e inhalemos.
Como en cualquier proyecto de aromaterapia (favorecer la concentración, refrescar el ambiente, suavizar otro olor demasiado fuerte), cada formulación de aceites producirá un resultado distinto.
Ingredientes:
Preparación:
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