Estos son algunos objetos que debes limpiar en tu vivienda más a menudo y no lo sueles hacer

La limpieza del hogar y el aseo personal son fundamentales a la hora de evitar la propagación de gérmenes en la vivienda. Es más, una higiene adecuada de la casa conlleva beneficios para quienes residen en la misma. De hecho, según un estudio, influye hasta en las notas de los hijos.

Si bien hay objetos y lugares que debemos limpiar al menos una vez al año, mantener un hogar en orden es posible con cinco reglas básicas que nos detalló Caroline, una mujer estadounidense, en TikTok hace unos meses. No obstante, existen objetos a los que no les solemos prestar la atención necesaria.

Objetos del hogar que debemos limpiar más a menudo

El portal de salud, belleza y cuidado personal 'Mejor con Salud' detalla que algunos utensilios de la casa no suelen ser limpiados con frecuencia, lo que a largo plazo puede convertirse en un foco de polvo, alergias y malestares. Son los siguientes:

· Los rodapiés. Estos elementos son de los más olvidados a la hora de realizar la limpieza del hogar, por lo que terminan acumulando polvo y motas durante mucho tiempo. No hace falta tenerlos impolutos a diario, pero sí pasar un trapito cada dos o tres semanas. Eso sí, es conveniente hacerlo más a menudo si hay personas con alergias o problemas respiratorios.

· Los interruptores de la luz. Las manos suelen acumular una gran cantidad de bacterias, hongos y virus, pudiendo esparcirse por los objetos que se tocan con más frecuencia. Entre ellos están los interruptores de energía. Al ser un foto de infecciones, se aconseja, en la medida de lo posible, limpiarlos a diario.

· Los marcos de las ventanas. Las personas suelen limpiar los cristales de sus ventanas pero olvidan por completo los marcos, lugares que suelen acumular diversas partículas y microorganismos. Tampoco resulta necesario todos los días, ni mucho menos, pero sí acordarse de ellos en un tiempo prudencial, es decir, el suficiente para no acumular demasiada mugre. El citado medio subraya que unos cepillos pueden facilitarnos dicha tarea, llegando a los sitios más complicados.

· La escoba y el recogedor. Muchas personas barren a diarios sus hogares. Como son los elementos que más se emplean, es recomendable limpiarlos a fondo, al menos, una vez a la semana. En el caso de la escoba, indica, también es ideal retirar las motas, cabellos y demás suciedades que se adhieren entre las hebras.

· Los cubos de la basura. Una y otra vez, colocamos las bolsas olvidando limpiar los cubos. Y pocos objetos pueden acumular en la casa tantas bacterias. Prueba de ello, es el mal olor que enseguida desprende cuando echamos los residuos. Pues bien, al igual que sacamos las bolsas a los contenedores, hay que dedicarse a fondo a limpiar los cubos al menos un par de veces al mes. Por cierto, mucho mejor, para desinfectar, si es con lejía y agua caliente.

· Las rejillas de ventilación y los radiadores. Entre dichos elementos se acumula polvo y grasa, facilitando un olor raro o la contaminación del hogar. Además de limpiar la parte exterior, al menos una vez al mes debemos retirarla para centrarnos en el interior o en la zona no visible. Obtendremos un mejor resultado si empleamos una bayeta o un paño de microfibra húmedo, un cepillo suave y un poco de agua con jabón.

· La alcachofa de la ducha. Según explican desde 'Mejor con Salud', se trata de una pieza que acumula polvo y grasa en su exterior, por lo que es conveniente asearla como mínimo una vez al mes. Lo suyo es aprovechar cuando lavemos el baño para dejar dicho objeto como nuevo y reluciente, utilizando el mismo líquido que empleamos para el resto de grifos.

· Los rieles de los armarios. Al estar a ras del suelo, acumulan polvo y motas, al igual que mencionábamos con los rodapiés. De vez en cuando se limpian cuando se barre la estancia, pero pocas veces se dedica un tiempo exclusivo a ellos. Bastará con pasar un paño húmedo cada dos semanas para tener unos rieles relucientes.

· El relleno de las almohadas. Por último, mencionar que las fundas de las almohadas sí se lavan con más frecuencia pero no así el relleno, el cual recoge polvo, sudor, bacterias, hongos y, por supuesto, ácaros. Bien es cierto que no es tan sencillo como el resto de elementos. Para garantizar que el material no se dañe, es necesario consultar la información del fabricante.