Con el fin del verano y la llegada del otoño, se hace el cambio de armario, se prepara el jardín y las plantas de interior para el cambio de estación y de temperatura y también debemos preparar la calefacción de cara al invierno.
Cuando las temperaturas empiecen a bajar, a finales de otoño o al principio del invierno, tu casa ya debería estar preparada para el frío que empieza. Es más que necesario hacerlo con antelación para no tener una sorpresa con el sistema de calefacción en el último momento.
Seguro que más de uno no se ha parado a realizar algunas comprobaciones antes de hacer el primer arranque de la temporada de la calefacción y se ha encontrado con errores que se suponía no ocurrían cuando finalizó la temporada pasada. Por eso en este artículo te queremos dar algunos consejos para que puedas tener tu radiador a punto para el invierno.
Independientemente de que a tu caldera le toque pasar o no la inspección anual, es conveniente que realices las siguientes comprobaciones antes de poner en marcha el sistema de calefacción:
Es importante que compruebes el estado de los radiadores y que funcionan correctamente. Si cerraste las llaves de paso de todos los radiadores o de uno en concreto cuando acabó la temporada pasada, acuérdate de abrirla y haz una prueba para chequear que el agua circula sin problemas.
Ha llegado también el momento de purgar los radiadores. Purgar un radiador es eliminar el aire que contenga en su interior y para eso no necesitamos más que un recipiente para recoger el agua que pueda expulsar el radiador y girar los purgadores hasta que comiencen a expulsar el aire que contienen en su interior.
Cuando observemos que sale agua limpia y de forma continuada del radiador ya está listo, esta operación es muy simple, aunque hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
La limpieza de los radiadores es una tarea fácil de realizar. Antes de encender los radiadores de calefacción, hay que realizar una limpieza externa. Para ello debemos limpiarlos con un paño un poco húmedo. Retira poco a poco la suciedad y el polvo acumulado, todo ello sin agregar productos que puedan dejar olores al momento de que la calefacción se caliente.
Las válvulas, sean termostáticas o no, son las encargadas de cerrar el paso de agua al radiador para conseguir el calor deseado. Pero como no siempre necesitamos la misma cantidad de calor, abrimos o cerramos, estas válvulas para adecuar la temperatura a nuestras necesidades. Por eso es importante comprobarlas antes de la llevada del frio. Y asegurarnos que abren y cierran bien, y cumplirán con su función.