El helado de pistacho es el sabor en tendencia cada verano. Tiene un sabor suave y delicado y es su característico color verde lo que lo hace tan especial y llamativo.
Igualmente, sabemos que para disfrutar del helado de pistacho en su máximo sabor, la combinación también es importante. Los amantes del clásico lo pueden combinar con helado de avellanas, chocolate, cítricos como naranja o limón, e incluso café.
Calienta en cazo a fuego medio las dos leches y el azúcar.
Cuando hierva, aparta y deja enfriar.
En un bol, mezcla las yemas de huevo con la manteca de pistachos.
Añade la mezcla de la leche poco a poco y sin dejar de remover.
Pon la mezcla obtenida a fuego lento de nuevo y deja que espese.
Después, enfría rápidamente en un bol con hielo en su exterior y guarda en la nevera durante seis horas.
Tras este tiempo de reposo, pon la crema en un molde y guarda en el congelador, removiendo cada media hora con unas varillas, durante las tres primeras horas.
Deja el helado un par de horas más, antes de consumirlo.
Si el helado está muy duro a la hora de comerlo, lo puedes dejar reposar a temperatura ambiente unos 10 minutos antes de servir, para que su textura esté mucho más suave y cremosa.