La bechamel es una salsa que se prepara con mantequilla, harina, leche y sal
Esencial para cubrir platos para gratinar, también es fundamental para hacer croquetas
Hacer bechamel no es difícil pero si que es necesario dominar la técnica
La bechamel es una salsa blanca y cremosa que se usa para gratinar platos como lasañas y canelones o para rellenos como en las croquetas. Se prepara con mantequilla, harina, leche, sal, pimienta y nuez moscada. Para hacerla, sigue estos pasos:
Se derrite la mantequilla en una cacerola a fuego medio-bajo y se añade la harina. Se mezcla bien con una cuchara de madera hasta obtener una pasta suave y sin grumos. Esta mezcla se llama roux y es la base de la bechamel.
Se calienta la leche en otro recipiente hasta que esté casi hirviendo. Se vierte poco a poco sobre el roux, sin dejar de remover con un batidor de varillas para evitar que se formen grumos. Se debe incorporar toda la leche hasta obtener una salsa homogénea y lisa.
Se sazona la salsa con sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Se deja cocer a fuego lento durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que espese y tenga la consistencia deseada. Si queda muy espesa, se puede añadir más leche; si queda muy líquida, se puede cocer más tiempo o añadir más harina.
Se retira del fuego y se usa para cubrir o rellenar los platos que se quieran gratinar. Se puede conservar en la nevera durante unos días o congelar para usarla más tarde.
La bechamel es una salsa cremosa y versátil que se puede utilizar para preparar muchos platos deliciosos. Aquí te presentamos algunas ideas:
Croquetas de jamón y queso: Una forma clásica de aprovechar la bechamel es hacer unas croquetas crujientes por fuera y suaves por dentro. Solo necesitas mezclar la bechamel con jamón picado y queso rallado, formar bolitas, pasarlas por huevo y pan rallado y freírlas en aceite caliente.
Lasaña de carne: Otra receta tradicional que lleva bechamel es la lasaña de carne, un plato contundente y sabroso que gusta a toda la familia. Solo tienes que intercalar capas de pasta, carne picada con tomate y bechamel en una fuente de horno, cubrir con queso rallado y gratinar hasta que se dore.
Coliflor gratinada: Si quieres una opción más ligera y saludable, puedes preparar una coliflor gratinada con bechamel. Solo tienes que cocer la coliflor en ramilletes, colocarla en una fuente de horno, cubrir con bechamel y queso rallado y gratinar hasta que se funda el queso.
Canelones de espinacas y ricotta: Una forma de darle un toque diferente a la bechamel es añadirle nuez moscada, que le da un sabor más aromático. Puedes usarla para rellenar unos canelones de espinacas y ricotta, una combinación deliciosa y nutritiva. Solo tienes que enrollar la pasta con el relleno, colocarlos en una fuente y hornerlos.
Riesgos a la hora de preparar la salsa bechamel
La salsa bechamel puede tener ciertos riesgos si no se prepara y maneja adecuadamente:
Intoxicación alimentaria: si la leche no está pasteurizada o si se maneja de manera inadecuada, puede causar intoxicación alimentaria.
Alergias: la salsa bechamel contiene leche, por lo que puede ser perjudicial para aquellos con alergias a la proteína de la leche.
Hipertensión: debido a su alto contenido de grasas y sodio, el consumo excesivo de bechamel puede aumentar la presión arterial y contribuir a problemas de salud relacionados con la hipertensión.
Aumento de peso: debido a su alto contenido de grasas, la salsa bechamel puede ser perjudicial para aquellos que intentan controlar su peso.
Es importante seguir las instrucciones de preparación y manipulación de alimentos adecuadas para minimizar cualquier riesgo potencial.