Mantener la nevera en perfectas condiciones es fundamental si quieres que su vida útil se prolongue tanto como sea posible. Además, el frigorífico es el sitio en el que conservas frescos los alimentos. Por ello, cuanto mejor higienizado lo tengas, mejor será para toda la familia.
Ten en cuenta que la falta de limpieza puede provocar la proliferación de bacterias, gérmenes e incluso moho. Una suciedad microscópica que no solo genera malos olores, sino que además puede acabar contaminando los alimentos y suponiendo problemas reales de salud para quien los consuma.
Puedes hacer la comprobación de una forma muy sencilla: abre la puerta de la nevera y coge un producto que tengas almacenado en la estantería de la puerta. Si no está tan frío como debería, hay un problema con las gomas.
Si has notado un olor a humedad desagradable cada vez que abres el frigorífico pero aparentemente está limpio, es muy probable que proceda de las gomas. Estas son muy propensas a los hongos una vez están en contacto con un ambiente frío, según destaca Mi Electro News.
Dado que la nevera es un electrodoméstico imprescindible en cualquier tipo de hogar, es vital mantenerla como el primer día, libre de malos olores y suciedad. Lo recomendable es seguir las siguientes pautas, al menos, cada quince días.
El paso del tiempo y la falta de limpieza puede hacer que las gomas de la puerta de la nevera se amarilleen o que acumulen moho, el cual puede identificarse como unas pequeñas manchas negras.
Para empezar a trabajar deberás reunir los siguientes productos caseros:
Una vez tengas todos los productos a mano y el tiempo necesario para acometer la limpieza, deberás seguir los siguientes pasos. No te llevará mucho tiempo, pero es importante que seas exhaustivo para que la limpieza no quede a medias.
Lo primero que tienes que hacer ante gomas amarillas o ennegrecidas es mojarlas con un trapo. Así, el producto que añadas posteriormente se fijará mucho mejor y resultará más efectivo.
En primer lugar, ponte los guantes para no mancharte las manos durante el procedimiento. Ahora sí, añade al cepillo la pasta de dientes y ve frotando con cuidado todas las gomas. No emplees demasiada fuerza, pues podrías llegar a agrietarlas o romperlas.
El trapo de microfibra que utilices debe estar algo humedecido para que puedas retirar los restos de dentífrico sobrantes del paso anterior. Asimismo, la bayeta tiene que estar completamente limpia para que las gomas no absorban los olores que esta pueda contener.
En los casos más graves, es probable que las gomas aparezcan ennegrecidas a causa de la presencia de grandes colonias de moho. No solo dan un aspecto horrible a tu nevera, sino que además provocan mal olor en ella. Para deshacerte de ellas necesitarás el producto desinfectante de la lista: el vinagre blanco. Puedes sustituirlo por algo más fuerte como la lejía. El jabón en este caso no te serviría ya que, pese a limpiar exteriormente la superficie, no acabaría realmente con los microorganismos.
Lo que tienes que hacer es:
Si con esta primera opción no consigues eliminar toda la suciedad porque se encuentra muy adherida a las gomas, tienes otra alternativa.
Hazte con una brocha de pintor, sumérgela en lejía y aplica por todas las gomas haciendo especial hincapié en las esquinas. Deja que actúe unos cinco minutos y después aclara con una bayeta limpia. Si mantienes esta rutina de manera quincenal, conseguirás deshacerte tanto del moho como de otro tipo de bacterias nocivas para tu salud.